domingo, 6 de septiembre de 2015

Síndrome de la cuna con puas

Partiré con una pregunta: ¿Les suena familiar la siguiente frase?: “No se que le pasa a mi bebé, en cuanto lo pongo en la cuna se despierta, llora desaforadamente y cuando lo alzo de nuevo se calma”.

No tengo tantas amigas con hijos pero si me gusta ser parte de muchos foros de maternidad y tribus virtuales donde esta preocupación se repite constantemente.
Yo misma lo sufrí y lo dije en su momento, y gasté muchos esfuerzos y energías tratando de encontrar una razón lógica… Para muchas esta razón salta a la vista, pero para mi, como madre primeriza, con poca o nula experiencia, sin tribu, no era tan obvia.
Con mi esposo decíamos entre risa y sufrimiento que nuestra bebé padecía del “Síndrome de la Cuna con púas”.



Cuando pienso en mi experiencia con la famosa cuna, en serio que me dan ganas de gritarle a todas las madres que están esperando un bebé que porfavor no gasten en una cuna lujosa y con tanto monigote!! Mi suegra maravillosa nos regalo una cuna muy linda y les digo con vergüenza (sobre todo con mi suegra) que mi hija no ha pasado una sola noche ahí. Actualmente ella la llama “su camita” pero cuando le preguntan donde quiere dormir, sale corriendo a nuestra habitación.

Este “síndrome” tiene una explicación bien sencilla y lógica: A los niños, a ningún niño!, les gusta dormir lejos de su madre. Ustedes me dirán… “pero si el mío disfruta tanto durmiendo solo desde bebé en su propia cuna” y claro! Hay de todo en la viña del Señor, hay bebés con temperamentos mucho más tranquilos, hay bebés que han sido entrenados para aprender a dormir sin su figura de apego (a lo cual en Mamás al 100 decimos un rotundo NO) y hay bebés como Damián o como Camila, mi hija, que simplemente nacieron con el chip biológico primitivo mucho más alerta. Por esto, con su única forma de comunicación –el llanto- cuando eran recién nacidos, se dieron cuenta que sería su herramienta más eficaz y poderosa para hacer valer sus derechos de permanecer a como de lugar cerca de mamá.

Si tu mamá/papá que me lees crees que estoy exagerando, que no pasa nada si el bebé duerme solo, déjame decirte que la verdad es que no es mi intención que nadie crea que sobredimensiono las cosas ni tampoco que quiero criticar a quienes duermen separados de sus hijos desde siempre. Pero en realidad, ahora que lo veo desde otra perspectiva, los bebés no están hechos para dormir en cunas, que por lo demás parecen pequeñas jaulas o cárceles por más lindas y adornadas que estén.

Los niños están genéticamente diseñados para dormir con compañía y es por esto que muuuuchos padecen del “síndrome”. Esto normalmente sucede de la siguiente forma: el bebé parece profunda y plácidamente dormido sobre los brazos de pa/mamá… lentamente lo vamos acercando con la máxima delicadeza posible a su costosa cunita que con tanta ilusión compramos y con tanto deseo queremos que sea usada… vas acercándolo al colchón… y en este punto está lejos de tus brazos. Algunos bebés más sensibles es en este instante que demuestran su molestia lanzando un grito que llega asustar. Mientras que hay otros que siguen durmiendo felizmente hasta que llegan al colchón, tú te sientes como si hubieras ganado el mejor premio de la vida, sacas los brazos y no has dado ni el primer paso para irte cuando está llorando reclamando por ti.


Algunos bien persistentes, como yo, volvemos a empezar el ciclo: teta, mecer en brazos, bailecito y de nuevo tratar de ponerlo en la cuna… pero de nuevo no funciona. Recuerdo ahora con risa que mi hija antes de llorar abría los ojos como platos, sacudía sus manos y brazos y daba una mirada como si me dijera “¿me estas tratando de engañar? Estoy plácidamente dormida contigo y vas y me tiras en este lugar… eso no me lo aguanto!”

A pesar que hoy firmemente creo que el colecho es la solución a todo este enredo, y la forma mas fácil de ahorrarte todos estos malos ratos y frustraciones, en su momento deseaba que mi hija durmiera en su cuna al menos algunas horas en el día o en la noche.
Busqué mucha bibliografía respetuosa que me diera luces de cómo lograrlo. Leí un libro que les recomiendo a todas las mamás que estén en esa situación (de hecho creo que ya antes lo había mencionado en otro post) y que por alguna razón el colecho no les convence: El libro se llama “No Cry Sleep Solution” (“El sueño del bebé sin lágrimas) de Elizabeth Pantley. De este libro, puedo rescatar para ustedes algunos consejos respetuosos, brevemente resumidos, que pueden ayudarles hacer la transición “brazos-cuna”. A pesar que quiero dar estos tips debo recalcar mi postura: estoy 100% en contra de entrenar a un niño para dormir dejándolo llorar y puedo asegurarles que el colecho es y será para muchos el mejor arreglo y la forma mas fácil de descansar. Sin embargo, como se que hay tantas posturas como familias, aquí va lo que nos dice esta experta en el sueño del bebé.

En su libro hay una nota importante que creo que vale la pena mencionar:

"Si te encanta tener a tu bebé dormido en tus brazos diariamente, por ejemplo para sus siestas, si te encanta dormir con él, si llevas bien sus despertares, si que se duerma en brazos no te molesta, si tu día a día te lo permite, pues sigue. No cambies lo que hoy te funciona solo porque la gente te puede decir que se va acostumbrar, que siempre va necesitar tus arrullos para dormirse y que siempre hará las siestas encima de tuyo… eso eventualmente cambiará aunque no hagas nada. Te lo aseguro”
 
La autora plantea algunos pasos respetuosos para hacer la transición del bebé de tus brazos a la cuna. A esto le llama "La Danza Pantley" (The Pantley Dance): Es importante considerar que estar en brazos es muy diferente a estar dormido en una cuna. Los primeros son suaves, cálidos y tienen un olor familiar; mientras que normalmente la cuna está vacía y fría. He aqui algunas maneras para que sea mas atractiva para el bebé:




Paso 1: Hacer de la cuna un lugar acogedor. Con sábanas y cobertores suaves, tratar que se encuentre tibia cuando el bebé sea acostado y si es demasiado grande utilizar algún reductor seguro de cunas, un moisés o algo más pequeño que se pueda poner dentro para que el bebé no se sienta en un vacío grande.


Paso 2: Arrulle al bebé y relájelo en sus brazos, amamantándolo o dándole su biberón en sus brazos. Inicialmente espera a que el bebé cierre los ojos pero no se quede mucho tiempo dormido en los brazos. En ese momento es un buen punto para pasarlo a su cuna donde terminará de dormirse.
Si el bebé se quedó dormido de forma vertical en tus brazos, cámbialo suavemente a forma horizontal, ya que es la posición que tendrá al estar acostado en la cuna.
Paso 3: Hacer sonidos suaves (hablar, cantar, sonidos sh-sh), amamantarlo, caminar, moverlo de un lado a otro y cualquier cosa que haces para que el bebé se duerma. Cuando cierre sus ojos, mantenerse quieto y callado por unos minutos. Vuelva a repetir el ritual y de nuevo parar. Todo esto mientras se va acercando a la cuna.
Paso 4: Continue con la danza Pantley alternando movimientos y ruidos suaves para luego quedar quieto mientras acuesta al bebé en su cuna. Continua con este ritual hasta que este muy cerca del colchón. Luego sigue con el movimiento suavemente y acuesta al bebé primero sus pies, piernas, espalda y por último la cabeza.
Paso 5: Suavemente acaricia al bebé con tu mano libre. Al mismo tiempo hay que ir sacando la mano que sostiene su cabeza. En este punto debes continuar haciendo sonidos o cantando y acariciando al bebé al mismo tiempo. Luego parar. Después de unos minutos sacar la mano numero 2. En este punto, ya no hay mas contacto físico con el bebé, es importante continuar cantando pero reduciendo el volumen cada vez mas. Si el bebé se despierta, trata de calmarlo cantando nuevamente y acariciándolo hasta que vuelva a dormirse.
Nota: Si en algún punto el bebé llora y se despierta completamente, tómalo y comienza de nuevo desde el paso 1.
Estos consejos, te pueden ayudar a que tu bebé pase algunas horas en la cuna… dependiendo de su temperamento por supuesto, porque si bien mi hija duraba algunas veces 1 hora, por más “Danza Pantley” que hiciera no lograba dejarla sola en la cuna por mas que eso (que por lo demás estaba al lado de mi cama). Para mi familia, el colecho fue y sigue siendo la salvación.
Al final es importante recordar que no hay lugar mejor para que el bebé encuentre paz que en los tibios brazos de su ma/padre y que si el “síndrome de la cuna con puas” es tan usual, es simplemente porque es el reclamo de un bebé de estar donde por derecho le corresponde… cerca nuestro.

Por último probablemente vieron este video... no se si es realidad o una sátira... pero cualquier persona con su sano juicio lo que haría sería llevarse a la bebé a dormir con él. Lo dejo porque verdad o no, lo real es la necesidad de compañía que tienen nuestros niños para dormir.