domingo, 22 de febrero de 2015

¡No quiere compartir!

"¡Comparte!" Es como un mantra, que se escucha constantemente entre los padres que tienen infantes, en el parque, en los cumpleaños, entre hermanos. Es algo que nos obsesiona, que nos preocupa, estamos desesperados porque nuestrxs hijxs aprendan a compartir. Si compartir es importante! Si no comparten ¿que nos espera?  y ¡ni hablar lo que pensarán los otros si nuestrx hijx no comparte! ¡Que estamos criando unos verdaderos egoístas! … ¿te suena familiar?

La realidad es que no hay porque preocuparse, aunque te cueste creerlo es completamente normal que tu hijx no quiera compartir, y mas allá de eso, tu debieras respetar su decisión.
Nuestro fin es dar a conocer hasta qué punto podemos exigir o esperar que nuestros infantes presten sus cosas y sobre todo qué podemos hacer para no obligarles a prestar sus juguetes cuando simplemente no se le antoja.

Ahora estas pensando que con esto vas a “mal-criar” a tu hijx, que es necesario enseñarle, que aprenda desde ya, para que no sea un egoísta en el futuro.

Pues no es tan cierto! A ver… quiero aclarar que en Mamás al 100 creemos en fomentar el valor de compartir en lxs niñxs, en mostrarles gentilmente, con ejemplos, como hacerlo, pero en lo que no creemos es en obligarles a compartir cuando no quieren.

Si tienes un niño o niña menor de 4 años, biológicamente no tiene la completa capacidad de entender el concepto de compartir, por mas que lo obligues, por lo tanto, es muy probable que no quiera hacerlo. Es más, Es muy probable que luche fervientemente para no prestar ninguna de sus posesiones!

Por lo tanto, el compartir, al igual que caminar, que hablar, que dormir toda la noche, también se podría decir que es algo madurativo, algo que se logra cuando su cerebro es capaz de entenderlo. Pero como en muchas cosas de la crianza, la sociedad nos quiere imponer que tenemos que tener niños súper bondadosos y siempre dispuestos a compartirlo todo (como si los adultos incluso siempre quisiéramos hacerlo)

Si decides dejar de obligar a tu hijo a compartir, te aseguro que no se convertirá en un adulto auto-centrista y poco empático. Esto es porque nuestrxs hijxs, por naturaleza son bondadosos y sí saben compartir, verás como lo harán de buena gana eventualmente. Hoy por hoy, debido a su corta edad, no siempre lo hacen, tienen el concepto de propiedad bastante arraigado, y  “para muchos niños , sus objetos forman parte de su persona y despojarse de ellos por obligación les resulta muy duro”

Partamos citando un ejemplo ilustrativo, al respecto, que ¡me encanta!, aparece en el libro “Bésame mucho” de  nuestro pediatra favorito Carlos González:

Isabel no llega a dos añitos, juega en el parque con su cubo, su palita y su pelota, bajo la atenta y cariñosa mirada de mamá…. Se acerca un niño desconocido, mas o menos del mismo tamaño, se sienta al lado de Isabel y sin mediar palabra agarra la pelota. Isabel llevaba 10 minutos sin hacer ningún caso de la pelota, y en un principio sigue tranquila dando golpes en el suelo con su pala…
…Isabel advierte “E mía”… Isabel decide recuperar la plena posesión de su pelotita verde. El intruso no ofrece demasiada resistencia pero en un descuido logra hacerse con el cubo… Unas veces Isabel cederá de buen agrado, durante unos minutos… otras veces lo tolerará de mal agrado. Otras no lo tolerará en absoluto.
…Es muy posible también que ambas madres intervengan. Y aquí se produce un hecho que nunca deja de sorprenderme: en vez de defender como leona a su cría, cada madre se pone de parte del otro niño. “Venga Isabel, déjale la pala a este niño”. “Vamos Pedrito, devuélvele a esta niña su pala”…. “Déjelo, señora, que juegue , que juegue con la pala! Es que esta niña es una egoísta…” “¡Huy pues el mío es tremendo!”

Y sigue mas adelante: … “Es preciso poner las cosas en perspectiva. Imagine que es usted la que está sentada en un banco del parque escuchando música. A su lado, sobre el banco, su bolso sobre un periódico doblado. En esto se acerca un desconocido, se sienta a su lado y sin mediar palabra se pone a leer su periódico… coge su bolso, lo abre, examina su interior… ¿Sabría usted compartir?
… Se ve pasar a lo lejos un policía…. Ya está bien, déjale el bolso a este señor o me enfado. Usted perdone caballero, es que esta mujer todavía no sabe compartir…


Cuando leo lo anterior, que por lo demás me parece fantástico, se me vienen a mi mente tantas situaciones que vivo en la plaza de juegos a diario con mi hija. Camila en plena “aDOSlescencia” en la mayoría de los casos no quiere compartir. Específicamente Camila tiene un auto rojo, que le encanta, y no siempre se lo presta a otros niños.
Vamos a los juegos, y puede estar muy entretenida con otra cosa pero si algún pequeñín se acerca… corre a decirle “no, es mío, el auto es mío”.
A veces las madres avergonzadas se llevan a su hijo, a veces tengo que decirles con todas sus letras y amablemente “en este momento no tiene ganas de prestártelo” así… tal cual, y alguna vez recuerdo que una madre me miró con los ojos bien abiertos y le dijo a su hijo “vámonos, que su mamá no le enseña a esta niñita a compartir”.

Sin duda como padres nos sentimos un poco incómodos cuando no quieren prestar sus cosas, y también cuando ocurre lo contrario, cuando a nuestrxs pequeñx no les prestan nada. Personalmente, me he dado cuenta que estas situaciones se ven mucho peor desde nuestro punto de vista adulto.

Cuando innecesariamente intervenimos en estas pequeñas “luchas de poder” de lxs niñxs al insistir que compartan, podemos robarle experiencias de aprendizaje (si, a veces es mejor intervenir muy poco cuando algo así sucede). Lo mejor es distraer al niñx y decirle al ma/padre que no se moleste en darle el objeto, que es entendible que su hijx no quiera prestarlo. Acá la reacción es igual de sorpresa.

Al insistir tanto que lxs niñx compartan y no quieran, al punto de saturarlos, corremos el riesgo de que el bello acto de  "compartir" se torne en un concepto negativo.

 
¿Qué podemos hacer si nos enfrentamos a una situación donde nuestrx hijx no quiere compartir?


Elena Mayorga en la página Mente Libre y la especialista en infantes Magda Gerber dan muy buenos consejos. A continuación los resumimos:
 
·      Nunca forzar a que lo haga. Si le obligamos, no aprenderá a compartir por sí mismo y no madurará esa función del cerebro.

·      No te sientas mal, ni sientas vergüenza delante de las madres o padres de los otros niños, tú hijo ha tomado su decisión y tiene sus razones. Si quieres puedes decir algo como: “ahora quiere prestarlo porque lo está utilizando, cuando deje de hacerlo le volvemos a preguntar” (muchas veces cuando nuestros niños son más mayores, no les importa compartir sus cosas cuando ya no las están usando). También puedes comentar “le gusta mucho ese juguete y no desea prestarlo” o “tal vez otro día lo compartirá contigo, cuando se sienta preparado”.

·      ¿Qué edad tiene? ¿Está fisiológica y emocionalmente preparado para ello? Los niños muy pequeños no conciben la idea de compartir. Cuando ofrecen algo no lo hacen siguiendo las mismas razones que niños más mayores o los adultos, si prestan algo es porque lo sienten emocionalmente y desean darle al otro algo de sí mismos.

·      ¿Qué hacemos si dos hermanos se pelean por un mismo juguete? A veces al pequeño quiere el del grande, a veces, el mayor, desea jugar con los del menor y éste no quiere dejárselo. ¿Cómo afrontamos este conflicto? En primer lugar, nunca debemos forzar a ninguno de ellos a prestar sus juguetes. Busquemos alternativas para ambos. Tal vez hacer otra cosa con ellos, leerles un cuento, pintar, modelar, jugar con un balón (nos lo vamos lanzando y vamos aprendiendo a compartir).

·      ¿Y si no quiere compartir algo de toda la familia o un juguete que es de todos los hermanos? Si por ejemplo, tú hij@ ha cogido la botella de agua y no quiere que los demás bebamos, en esas circunstancias en las que se trata de un bien común (no es una botella sólo suya), le explicamos que el agua es de todo el mundo y que los demás necesitáis también beber. Podemos hacer que nos ayude a servir todos los vasos, podemos llenarla de nuevo juntos en el grifo, buscaremos estrategias para evitar el enfado y a la vez, le estaremos mostrando cómo compartimos.

·      Si hablamos de un juguete que es de todos los hijos y lo quiere mientras otro de los niños ya lo tiene, le diremos que ahora mismo no lo puede coger, que hay otro hermano jugando y buscaremos un sustituto, podemos ponernos a jugar con él, buscar otro juguete, pintar, etc.

·      Como dijimos, enseñar con el ejemplo un poco de generosidad: “estás sacando de mis galletas, toma acá hay unas para ti”. “Compartamos la sombrilla”

·      Cuando nuestros hijos muestren actos de generosidad reconozcámoslo: “Fue muy lindo verte compartir tus bloques con la otra niña”

·      Seamos pacientes, nuestros niños aprenderán a compartir con el tiempo. Actualmente puede que no esté preparado para hacerlo.
     
“Niños y adultos tenemos una forma de comprender y vivir la vida diferente, no podemos exigirles a los niños que se comporten como niños más mayores o como adultos, pero sí que les podemos mostrar un modelo sano y adecuado.” Elena Mayorga.

Dejemos que las cosas fluyan, sin presiones, el resultado será que tendremos niños muy empáticos y generosos. Dejemos que estos valores nazcan de los infantes por la paciencia y confianza que como padres vamos depositando en ellos.


 
Más información:
http://www.magdagerber.org

No te olvides de leer "Bésame mucho" del Dr. Carlos González, disponible online acá! https://onedrive.live.com/?cid=0D62C932E81970C8&id=D62C932E81970C8%21103

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