lunes, 22 de junio de 2015

De cómo tu vida ha cambiado la mía

.... Y cómo dice mi hermana, de como te has convertido en mi persona favorita.


Desde, el día en que te ví
Sentí como que ya te conocía
Un minuto fue suficiente y ya sentía quererte
Me encanta que seas tan ocurrente
De repente dices cosas que me vuelan la mente simplemente
Pero siempre estás presente
Aunque no pueda verte
De locura casi estamos igual
De un día a otro me volví tu mega fan
Y ya eres mi persona favorita
Cada minuto a tu lado es genial
Y no hay nada en el mundo mundial
Que ame más que estar contigo
Cada momento lo haces especial
Tú eres mi persona favorita
Y aunque no siempre lo ando diciendo
Es buen momento decirte que te quiero
Te quiero te quiero y siempre asi será

(De Angelina a Roma, su sobrina, que también es mi sobrina)




Aprendizajes, muchos aprendizajes. Cansancio, muchisimo cansancio. Ogullo, orgullosa estoy de ser tu madre. Felicidad, felicidad a montones, hijo. Principalmente es en eso en como tu vida ha cambiado la mía, en lo que tu vida ha aportado a la mía.

El cansancio no es un aporte esperado, no es algo que yo quisiera, pero ahí está. Es parte de ser tu mamá, parte de criarte como te criamos, es parte de amarte como te amo, es parte de nuestra relación, es parte de nuestro estar juntos. Y no podría ser de otra manera, porque si lo fuera tú no serias tú, yo no sería yo, no te criaríamos como lo hacemos y un montón de otras cosas, tal vez. Asi es que acepto el cansancio como parte importante, venía en el paquete, venía contigo.

Aprendizajes, tampoco eran esperados, mi amor. Tampoco esperaba que fuera a aprender tanto, pero tu con tu manera de ser, con tu ser intenso, con tu ser bello, con tu ser tú. Con tu manera de exigir lo que por derecho te toca, me has conducido a ellos. Me has llevado por el camino de la búsqueda, de información, búsqueda de conocimientos, búsqueda de alternativas, búsqueda de apoyo y de tribu. Y en todas ellas he encontrado y he aprendido.

He encontrado información, que nos ha ayudado a comprender, a aprehender, hacer nuestro y hacerte nuestro, tal como eres. Todo ello nos ha llevado a ayudarte en tu desarrollo y a hacer de ti el niño que eres, simpático, divertido, inteligente y sobretodo el niño feliz que te veo, que te ven. La gente te ve, y eso me llena de orgullo, hijo.

Orgullo de ser tu mamá, orgullo de que seas quien eres, orgullo de como te educamos, orgullo de tenerte y orgullo de amarte.

En lo cotidiano, tu llegada a nuestra vida ha cambiado la mía radicalmente.

Ya son muy pocos los momentos que tengo para estar conmigo misma, para mi soledad, para pensar para reflexionar y para hacer cosas para mí. Y, en cambio, tengo muchos espacios para estar contigo, para jugar, para reir, para leerte, para aprender, para enseñarte, para pasear, para calmarte. Muchísimos momentos de tetita, muchísimos espacios de mimos y caricias, de risas, mi amor. Lo pasamos bien juntos.

Pocos espacios y momentos tenemos ya con papá para estar juntos. Pocos momentos de pareja. Tenemos que planificarlos con interés especial, poco espacio para la improvisación. Y, sin embargo, tenemos muchos momentos cotidianos los tres. Casi todo lo hacemos juntos, cenar cantando, jugando contigo, leyéndote o viendo un cantajuego, que te gustan tanto. Tenemos muchos espacios para pasear los tres de la mano, para jugar, para el columpio y el tobogán, para hacer moldes en la arena, con agua ahora que es verano, y para correr con la pelota... para pasarlo bien los tres juntos.


En lo emocional, en lo personal, tu vida ha aportado a la mía, mucha seguridad, tranquilidad y felicidad. Me siento segura en como soy tu mamá, tranquila de lo que hago por y para ti y de cómo lo hago, y me siento feliz de serlo y hacerlo.

Ha aportado tambien sabiduría, a través de los aprendizajes. Y me ha llenado de orgullo y alegría.

He ganado muchísimo siendo tu mamá, sí también he perdido sobre todo en tiempo para mí y la pareja, y en descanso. Estoy siempre cansada y, a veces, con una baja de ánimo por cansancio. Pero, es verdad, llegas tú con tu sonrisa, con tus ocurrencias y tus juegos, con tu manera de llamarme "mamáaaaa", ya eso me hace seguir, y contenta.

Y me has aportado paz-ciencia, con tu mal dormir y tu fan tetita, he aprendido que todo tiene su tiempo, que todo llegará. He aprendido a esperar y a disfrutar de la espera, a que todo ocurrirá cuando estés preparado. También paciencia en general, al enseñarte que las cosas con calma y paciencia resultan mejor. Y para enseñarte a ti, he tenido que aprenderlo yo. He aprendido para ti y contigo.

Apertura de mente. Contigo y gracias a tí, he aprendido cosas que antes me habrian parecido raras o erradas, pero que ahora encuentro naturales, no encuentro ya mejor manera de hacer.


Mi amor, creo que este es un buen resumen de la forma en que tu vida ha cambiado la mía, de la manera que el hecho de ser tu mamá ha transformado mi mundo.

Espero que la manera en que que yo estoy acompañándote en tu vida, guiándote, sea la forma que deseo que sea. Espero ayudar a hacer de tí un niño íntegro, inteligente, sano mental y emocionalmente. Y un niño feliz, empático, divertido. Un niño Damián, asi como eres ahora. Me gustaría que sigas así y que te conviertas en un hombre Damián.







lunes, 8 de junio de 2015

Control de esfínteres.Yo no le quite el pañal, lo dejó solo.

 

Y ya llegó, esta semana hemos dicho "Adiós pañal" definitivamente. Después de casi cinco meses de proceso, sin presiones, sin lágrimas, sin pipis perdidos, feliz él, feliz nosotros.

De hecho, hoy ya regalé los pañales que quedaban, dejando unos cuantos eso sí, por si un día o noche pide usar.

Y fue así, nos fuimos de vacaciones y en el hotel me pidió dormir sin ellos, "noooo, mamá pañal no", le pedí que los usara en esa cama que no era nuestra y que en casita lo quitaríamos si él quería. Dicho y hecho. Apenas llegamos a casa me pidió dormir sin pañal.

Le conté que había que hacer pipito siempre antes de irse a dormir y así lo hace, todas las noches le pedimos que haga pipí y hace, aunque sea un poquito.

Un par de noches, en alguno de sus despertares, me ha pedido ir al baño.

Ya veía yo que esto vendría pronto, llevaba semanas despertando, de la siesta y de la noche, sequito. De hecho terminaba tirando el pañal por estar tan usado, pero sin ninguna gota!

Es lindo ver como crece tu hijo y se hace independiente, pero también da mucha nostalgia del bebito que se va.

Estoy feliz de cómo se dió este proceso para nosotros.

.....


Damián ya no usa pañal, solo para dormir. Quiero contarles sobre este proceso, lo lindo, natural y fácil que ha sido.

Antes de ser mamá, había escuchado que alrededor de los dos años había que quitar el pañal a los niños y que para ello, normalmente, se esperaba el verano para que el niño pudiera mojarse a sus anchas y que había que estar ofreciendo el orinal en todo momento. Incluso he visto algunos que salen con su orinal al parque.



Cuando fui madre me pregunté como sería ese proceso, si me daría cuenta del momento en que sería adecuado y mi mamá decía que ella me quitó el pañal al año!! en verano y haciendo lo que dije antes.

Una buena amiga me contó el proceso de "despañal" de su hijo, en síntesis fue que nunca lo quitó ella si no que esperó a que él lo pidiera espontáneamente, y ella le ofrecía ponerse calzoncillo o pañal cada día. Su despañal ocurrio cerca de los tres años.

La verdad, me pareció bastante lógico (natural y respetuoso) esperar a que el niño te diga que ya no quiere usarlo y no imponerlo según nuestras conveniencias. Mi hermana le quitó el pañal a mi sobrina con dos años porque en la guardería se lo imponían así y lo enana tuvo que acatar lo que su mamá tuvo que acatar de la guardería. Irrespetuoso y apurón para la familia y la niña, al final.

Esperar el momento justo, era la idea que tenía en mi cabeza entonces, lo que también comulgaba con todas las lecturas sobre crianza respetuosa que comencé a hacer al convertirme en madre.

Y nuestro momento de despañal llegó, como todo proceso, lentamente pero evidente. Fue un darme cuenta casi sin darme cuenta. Ha sido largo, sorprendente y divertido.

Llegó como con 20 meses de edad, cuando mi hijo comenzó a sentirse súper interesado en vernos ir al baño, tenía que tratar de mirar a toda costa, cómo nos salía el pipi y la caca cuando nosotros íbamos al baño. Asi que agarrándonos de la apertura de mente que la crianza de un hijo nos entrega y de la falta de pudor, le dejamos mirar a sus anchas y jugábamos al "chao chao caca, chao chao pipi" y que fuera él quien tirara de la cadena.

Le explicamos como salen los desechos y por dónde y le dejamos también mirar su caca y pipi en el pañal, cada vez que lo pedía. Diría que ese fue el primer paso.





El segundo paso fue comprarle un adaptador para el baño. No elegimos orinal, porque nos pareció que el primero es más directo a la realidad, además luego tendríamos que volver a pasar un proceso para cambiar el uso del orinal al wc, así que lo hicimos directo al wc.

Fuimos a comprarlo juntos y lo colgamos de la pared, al lado del wc, consecuente explicación de su utilidad y uso. Ahi se quedó un mes o más.


Un buen día pidió usarlo, sorpresa para los padres, halagos para el pequeño. No hizo nada, pero se sentó feliz y al otro día lo mismo. Al tercero, hizo su primera caca sentado en su adaptador. Fiesta total, y él orgulloso haciendo, por primera vez, "chao chao" a su propia caca. Y así era, un día hacía en el adaptador, al otro no, o pedía adaptador cuando ya había hecho en el pañal pero igual tirábamos su caca al wc para despedirla. Hasta que se hizo habitual que dejara de hacerse en el pañal.

A los tres meses aprox. de dominada la caca, y después de haber estudiado atentamente cómo Santiago el hijo de mi amiga hacia pipi de pie en nuestro baño, empezó a pedir pis de pie. Entonces le puse un cajón de fresas para subirse y que pudiera llegar a la altura de orinar sin mojarse y lo dejamos ahí para ello.

Como era de esperar, las primeras veces no hizo nada y pedía hacer cada media hora, un juego súper divertido. Así que al tercer o cuarto día de este nuevo juego le preguntamos si prefería quedarse sin pañal e ir en calzoncillos, a lo que aceptó gustoso y nosotros preparamos la fregona para ir limpiando. Y sorpresa! casi no fue necesario usarla ya que de inmediato empezó a hacer pis en el wc, de pie sobre su cajón de fresas, o en la calle, regando cualquier arbolito que se nos cruzaba.


Así dejó el pañal de día y así llevamos un mes. Ha sido natural, fácil y respetuoso de sus tiempos. Un proceso de unos 5 meses en total y que me sorprende por su capacidad de tomar la iniciativa y de decidir.

Respetamos cuando nos pide, en alguna ocasión, ponerse pañal o no quitárselo después de la siesta o quitárselo en la calle. El mismo decide si pañal o calzoncillo y casi siempre va en calzoncillos o "puchucho" (pilucho - desnudo, en chileno).

Supongo que el siguiente paso será ofrecer quitarle el pañal también para dormir, una vez que ya amanezca seco, o bien esperar que él mismo nos pida no usarlo ni en la siesta ni en la noche.

Métodos para quitar el pañal por Internet puedes encontrar muchos, algunos mas rápidos que otros, más respetuosos o no. Esto que yo te cuento no es un método ni una técnica, es nuestra experiencia y creo que debería ser la de todos, consiste en no quitar el pañal y esperar a que él/ella lo deje por sí mismo/a, ofrecerle información, guía y oportunidades. Lo dejará en el momento en que se sienta preparado/a.





martes, 2 de junio de 2015

10 cosas que no debiéramos decir a nuestros hijos

Conversando con una amiga muy querida, hablábamos de algunas cosas que dicen los padres y las madres, y del trasfondo que pueden tener y de cómo realmente repercuten en nuestro comportamiento de niños y de adultos.

Están tan arraigadas a nuestra cultura que nosotros, nuestros padres, nuestros abuelos mas de alguna vez nos lo han dicho.
 
Leyendo más sobre el poder del lenguaje y el tener cuidado con lo que sale de nuestra boca, llegué a una lista de frases (por supuesto hay más)  que te cuento en este post que no debiéramos decir a nuestros hijos, porque dañan y hieren.
 
Los niños ven a sus padres como la máxima expresión de amor y de seguridad, somos el centro de su mundo y todo aquello que venga de nuestra boca, ya sea positivo o negativo,  los marcará para siempre

1. A ver, yo lo hago por tí.

Vemos a nuestr@ hij@ luchando por hacer alguna actividad, empezamos a perder la paciencia y lo único que se nos ocurre es terminarlo por ellos. Si siempre tomamos el control de lo que los pequeños hacen ¿Cómo aprenderán y cómo confiarán en sus capacidades? Por supuesto, es importante acompañarlos en la tarea si los vemos muy complicados, pero no hacerlo a un lado para acabar de una vez por todas lo que no pueden hacer.

Lo ideal sería guiarles y mostrarles la tarea de una manera más adaptada a sus capacidades y habilidades, aumentando poco a poco del nivel de dificultad, para que se vean capaces de lograrlo y logren confianza en sí mismos.

2.¡L@s niñ@s (buenos, bonitos, valientes, etc.) NO lloran!

Llorar es un acto absolutamente natural. Significa que algo pasa, que hay un sentimiento desagradable que molesta, pena, dolor, frustración, angustia, etc . Cuando nuestro hijo llora debiera sentirse libre de hacerlo, de expresar sus sentimientos sin ninguna represión. Decirle que no llore, o que cuando esta llorando no lo quieres o que se ve feo es errado, ya que le estas diciendo es que no tiene derecho a llorar y que cuando se siente triste o enojado no es digno de tu amor, ademas de que estas mostrando que no se debe expresar sentimientos. Llorar es normal, nuestro deber es aceptarlo y ofrecer nuestro consuelo en todo  momento. 
 

3. ¿Por qué no me saliste como tu hermano (primo, vecino, amigo, etc.)?

Comparar a los hijos es un error muy común y una de las cosas que más pueden marcar a un niño.  Creo que no hay nada que pueda hacer sentir más mal a un niño que ser comparado con su hermano o con otros niños de su entorno. En lugar de hacer comparaciones debemos celebrar su singularidad y cada uno de sus logros.

4. Espérate que tu padre (madre, abuelo, etc.) llegue a casa.

Esto lo recuerdo de mi infancia como si fuera ayer. Si mi madre no podía controlarnos, siempre nos “amenazaba” diciendo que esperaríamos a ver las consecuencias en cuanto papá llegara a casa. Por un lado, esto da entender que no tenemos control de la situación, y por otro, lado si queremos dar un ejemplo o explicar la consecuencia de algún acto no correcto a los niños, simplemente pierde sentido al tener que “esperar” que alguien mas lo haga después.

5. No pasó nada, estás bien.

Oigo a cada momento que cuando nuestros hijos se dan un golpe, por ejemplo, tendemos a decir “no pasó nada”. ¡La verdad es que sí pasó algo! No podemos negar un hecho que ha pasado frente a nuestros ojos, sin importar que haya sido un golpe/susto/miedo pequeño. ¿Qué mensaje estamos dando en realidad? Por un lado, que lo que le paso no fue gran cosa cuando para nuestro hijo si lo fue y a su vez le muestras la  negación de las cosas.


En este caso, es importante validar la experiencia de tu hijo y sus sentimientos consecuentes, consolarlo y apoyarlo.

 


 

6.  ¡Eres un tonto! (o tu amigo, mi jefe, mi vecina, mi madre, etc. es un tonto).

Si no queremos que nuestros hijos aprendan a subestimar a otros, a llamarlos tontos u otras cosas, no descalifiquemos nunca frente a ellos a otras personas. Mucho menos si esto se refiere a su padre o un ser querido. Y nunca jamás nos refiramos sobre ellos mismos con palabras hirientes o despectivas. No queremos dañar su autoestima ni que aprendan a descalificar a los demás.

7. No hay razón para tener miedo.


Si en un momento dado tu hijo siente miedo, pues sí hay razón, aunque a ti no te lo parezca. Para nuestros hijos siempre hay razón válida para tener miedo a ciertas cosas, personas o experiencias desconocidas. Decirles que no tengan miedo es negar los hechos y sus sentimientos nuevamente y no ayudara a evitarlo. Tal vez ayudará a que en el futuro, prefiera no confiarte sus experiencias y sentimientos. En vez de negar su emoción respetemos su deseo de no acercarse a algo o alguien, por ejemplo, y conversemos acerca del miedo para poder superarlo juntos. Así le demuestras que aceptas sus emociones y que eres digno de su confianza.
 

8. También te odio.

Llegará un día que, muy probablemente, nuestros hijos enfadados nos dirán un “te odio mamá”. Lo peor que podríamos hacer es responder inmaduramente “yo también te odio”. Aprovechemos el momento para dejar un mensaje de amor y mejor responder con un “yo te amo de todas maneras, aunque estés enojado conmigo. Cuando quieras conversamos ello.

Con ello le demostrarás tu amor incondicional y que aceptas y validas sus sentimientos y emociones, ya que todos tenemos derecho a estar enojados y decir alguna tontería de vez en cuando, aunque no por ello perderemos el amor de los demás.


9. Se hace así porque yo lo digo.

Los adultos creemos que tenemos la razón y la verdad absoluta. Lo que pueda decir un niño queda invalidado solamente porque es un niño. Los subestimamos. Este cliché simplemente no sirve de nada, porque para un niño no significa nada. Al no haber una explicación real de fondo y al escuchar también sus argumentos son como palabras al viento. Además, el hecho de no validar sus ideas, pensamientos y opiniones, los descalifica como personas y, por ende, daña su autoestima y confianza en nosotros y su entorno.

10. Cállate!.

Sea lo que sea lo que digamos gritando, suave, o de la forma que sea, decirle a un niño que se calle es humillante y honestamente una forma cruel de hablarle. Con ello estamos invalidándolo como persona, herimos su estima, sus sentimientos y su confianza. Le enseñamos que no tiene nada interesante que decirnos y que no nos interesa escucharlos.