Pueden ser meses o años.. uno, dos, tres o cuatro que te
pasas esperando el dichoso “día menos
pensado”, o la noche tal vez podría decirse, con la que la razón y la lógica te
amenazan en que llegará. Tu sabes que debe llegar, pero cuándo? Falta mucho?....
El día menos pensado en que tu hijo duerma del tirón y deje de despertarse y
llamarte para que le ayudes a redormirse no sabe, no puede hacerlo solo, una
palmadita, una canción, una caricia, una tetita, para pipí, para agua, para
tetita, para “tengo susto”.
Más aún cuando sus despertares son frecuentes y llevas todo
ese tiempo sin poder descansar bien, durmiendo apenas 1 ó 2 ó 3 horas del
tirón. Cuando vives en modo automático, como en una neblina, una nube…
funcionas, sigues trabajando, sigues haciendo la casa, las compras, jugando con
él, amándolo, e incluso lo pasas bien y te ríes, porque el cuerpo es sabio y se
acostumbra a tu nuevo ritmo. Sin embargo, sabes que necesitas volver a
descansar porque te sientes agotada… “con
6 horas por noche me conformo”, eso digo yo.
Y una noche, ese día llega… y no lo disfrutaste como creías
que sería! Porque eres mamá por sobre todas las cosas y tu cabecita empieza a funcionar, te preocupas, y tu corazón también
funciona… te da penita, le echas mucho de menos, reprimes tus ganas de ir a
despertarle para decirle que lo amas, para sentir su calor, su olor, su cuerpo
sobre el tuyo, sus besos nocturnos, sus tetadas…
No sé si esto fue cosa de esta noche solamente o va a durar
mucho tiempo, si ha sido sólo una tregua o es el principio del cambio, pero
quiero compartirlo tal como anoche lo viví …
Y no sé si es porque todo llega o porque (pobrecito!) le he
dicho tanto que estoy cansada y que la tetita también! Que anoche durmió 7
horas y media del tirón! Antes, en toda su vida, había dormido dos veces 6 horas
del tirón y una vez 5, pocas 4 y lo normal es que sean 2 y a veces 3 horas… Entonces
ayer no sé qué pasó. Si fuera que ocurrió algo concreto en el día, haría lo
mismo todos los días! Jajajaja. Pero no sé qué fue, si lo fue.
Ojalá que esté madurando su sueño y que sus frecuentes
despertares empiezan a cambiar.
23.15: Se duerme al fin, abrazaditos los dos en su cama,
enganchado a su tetita.
XX.XX: De repente me despierto y sigo durmiendo con mi
pareja en la cama … Qué raro!?. Porque lo habitual es que en su primer despertar
su papá me lo trae a la cama y él se va a una cama extra que tenemos en nuestra
habitación. (Damián “duerme” en su habitación desde hace 3 meses por iniciativa
propia) Me acomodo y trato de seguir durmiendo, no quiero mirar la hora para no
romper la magia de la idea de que es tarde y ha dormido mucho, pero me doy
vueltas con la “preocupación” de si estará bien… aguzo el oído y no oigo nada,
al fin, oigo su respiración, se acomoda y no me llama, sigue durmiendo, yo
también.
6.09: me despierto y Ohhhhh!! Aún sigo acompañada de mi
marido, ya me entra la preocupación y ahora no puedo evitar el impulso, miro la
hora y me levanto a ver a mi mono, si respira…. Y sí está en una
posición imposible y destapado. Lo
alumbro apenas con el móvil y no lo toco para no despertarlo. Me vuelvo a la
cama … “Amor, ¿sabes que el monito lleva
casi 7 horas el tirón?” “Anda yaaaa! Y está bieeeen?” (…)
Y yo ya no puedo dormir… ¿tendrá frío? ¿estará enfermo? Lo
echo de menos, su olorcito su calor… jajaaja “duérmete y aprovecha el ratito
que te queda”, pero no.
7.15: “Mamáaaaa, tetitaaaa”… al fin! (sí, al fin me llama,
irónico, no?) corro como un bólido! Te eché tanto de menos mi amor (no se lo
digo, pero lo pienso). Nos conectamos y él sigue durmiendo. Yo me preparo para
irme al trabajo.
8.20. “Mamáaaaa, tetita” “no vaya a trabajar” “uy mi amor,
no puedo no ir, pero voy a venirme lo más rápido que pueda para estar contigo.
Sigue durmiendo rico rico y descansa” Tetita y sigue durmiendo.
10.15. Mi madre me ha dicho que se despertó.
Total 11 horas!! y un despertar! (el de las 8 no lo cuento)
Será que algo va a cambiar? Ojalá que sea su sueño el que
cambie, que empiece (y empecemos) a dormir mejor, con 6 horas para mi,como
anoche, me conformo. Pero que no cambien sus besos, sus abrazos, su calor, su
olor y la pasión que siento por mi niño.
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