viernes, 30 de enero de 2015

Mi bebé me manipula. Como debe ser.


Él es un bebé muy dulce pero no le gusta quedarse solo ni un segundito y creo que la presión social con frases como " déjalo que llore" “no lo cargues" “¿por qué es tan llorón?" “eso es manipulación para que lo cargues” y  cosas de ese estilo me hacen más difícil mi tarea porque siento que soy culpable de que mi bebé sea así…


Hemos empezado este artículo con la petición de ayuda de una mami abrumada y confundida, posteado en un grupo de crianza con apego.

Pues sí, seguimos confirmando lo desafortunados que son algunos comentarios de nuestros queridos opinólogos sobre la crianza que le damos a nuestros niños, lo que se hace más difícil de sobrellevar si somos madres primerizas. Nos confunden, nos hacen sentir culpables y nos llevan a pensar que estamos criando de mala manera a nuestros hijos.

Recordemos que malcriar sería no hacerle caso a las necesidades del bebé, y dejarlo sólo sintiendo que lo que le pasa no le importa a nadie.

Para “combatir” a los opinólogos, la recomendación es sencilla, infórmate sobre cómo funcionan y actúan los bebés y decide informadamente sobre la mejor manera en la que en la que vas a educar, una que te deje  tranquil@ y seguro de estar dando lo mejor de ti para responder a las necesidades físicas y emocionales de tu hij@.

Te recomendamos leer nuestro post. “¿Por qué me critican la crianza? La importancia de la tribu.”



El tema de este post es la manipulación de la que madres y padres somos objetos por parte de nuestros bebés.

¿Mi bebé me manipula? La respuesta es sí, si no ¿Cómo crees que lograría sobrevivir cuando nace dependiente absolutamente de otra persona?

Al buscar el término “manipular” en el diccionario de la Real Academia Española, nos encontramos las siguientes acepciones:

“manipular".

1. tr. Operar con las manos o con cualquier instrumento.

2. tr. Trabajar demasiado algo, sobarlo, manosearlo.

3. tr. Intervenir con medios hábiles y, a veces, arteros, en la política, en el mercado, en la información, etc., con distorsión de la verdad o la justicia, y al servicio de intereses particulares.

4. tr. coloq. Manejar alguien los negocios a su modo, o mezclarse en los ajenos.”



Como me parece poco probable que un bebé se dedique a la política, el mercado, los negocios, etc., me quedaré con las dos primeras definiciones. Según éstas nuestro bebé nos utiliza, como un instrumento, para lograr lo que necesita o nos manosea o soba demasiado.

Debo confesar que la segunda posibilidad me encanta y que la primera me parece lógica, si él mismo no es capaz de proveerse de lo que necesita, ¿No es lógico que me “manipule” para tenerlo?

Cuando son bien bebitos manipulan a otros para obtener alimento, calor, comodidad, amor, etc. ¿Y cómo lo hacen? ¡Llorando! Pues no tienen otra manera de expresar lo que están necesitando en ese momento. ¡Nos manipula para satisfacer sus necesidades básicas!

Cuando van creciendo, nos siguen manipulando, porque hay cosas que ellos no pueden realizar por sí mismos y necesitan de alguien que les ayude a obtenerlo; alcanzar un objeto, preparar su comida, limpiarse el culito, etc.

Ahora si los que nos quieren “hacer ver” es que nuestro bebé nos engaña con artimañas para obtener algo (como en la definición 3 y 4), no estoy de acuerdo con ello, simplemente porque un niño de menos de 3 o 4 años no es capaz de engañar ni mentir ni de utilizar medios astutos, dado que cognitivamente su cerebro no se ha desarrollado para ello.

Para ser capaz de lo anterior es estrictamente necesario pasar un proceso cognitivo (de pensamiento) que nos permite imaginar lo que otro puede pensar en una situación y momento determinado. Esto se ha llamado en psicología “teoría de la mente”.

Un niño que no ha desarrollado ésta es imposible que sea capaz de engañar. Los niños simplemente hacen demostración de sus necesidades y deseos, con sonrisas, con llantos, con cantos, con las herramientas de que dispongan es ese momento de su desarrollo.

La teoría de la mente se refiere a la habilidad para comprender y predecir la conducta de otras personas, sus conocimientos, sus intenciones, sus emociones y sus creencias. Se desarrolla entre los 3 y 6 años, siendo lo más habitual a los 4 o 5 años.



Un ejemplo aclarador puede ser el siguiente video, para entender de lo que hablamos



Para saber más puedes descargar el siguiente artículo ¿Qué es la teoría de la mente? De J. Tirapu-Ustárroz a, G. Pérez-Sayes a, M. Erekatxo-Bilbao a, C. Pelegrín-Valero en



Muchas veces nos dicen también que los niños nos manipulan con sus rabietas. Esto tampoco es cierto, las rabietas son un tipo de expresión de estados emocionales en el niño, principalmente de frustración y rabia, que suelen darse a partir de los 12 – 18 meses hasta los 4 años aprox., alcanzando su pick a los 2 – 3 años.

Son un paso intermedio entre el llanto por pura expresión de necesidades fisiológicas y emocionales del bebé y la adquisición de la teoría de la mente, con la cual los niños adquieren la capacidad de mentir y engañar (no significa que siempre lo harán)para obtener lo que quieren.

Si bien de las rabietas hablaremos más adelante, aquí queremos hacer hincapié que en que no son expresiones manipulativas si no una etapa normal y deseable, que todo niño debe pasar, ya que se dan en un período en que él/ella empieza a confirmar su yo y demostrar sus deseos.



Suelen ocurrir cuando el niño no obtiene lo que quiere en ese momento, ya que no le entienden o no le quieren o deben dar lo que él pide.

A esta edad un niño manifiesta su independencia negando al otro, la palabra más usada será  “no”, llevando la contraria está demostrando que él es una persona diferente que piensa y desea cosas diferentes de sus cuidadores. Realmente no razona (no tiene la capacidad) y no sabe lo que está haciendo, sino que es un proceso psicológico normal.

El conflicto viene, cuando los padres no entienden el proceso por el que su hijo pasa y creen que hace lo que hace porque es rebelde y quiere desafiarlos. Sería distinto si viéramos el mensaje real  que sería algo así como: “¿Ves? Estoy creciendo y ya quiero tomar mis propias decisiones”.

Ante las rabietas lo mejor es entenderlas como lo que son y mantener la calma, ya que pasarán solas con la edad. No tienes que hacer nada especial más que evitarlas y contenerlas con cariño. En otro post veremos específicamente cómo hacer más para ello.


Y no lo olvides…


“Quiéreme cuando menos me lo merezca, porque será cuando más lo necesite”.

viernes, 23 de enero de 2015

Tetitas no lecheras. Una opción respetable.


Este escrito va dedicado a ti mamá que no diste de mamar o que interrumpiste la lactancia tempranamente, porque no estuviste bien informada ni asesorada, porque te “vendieron” o te “metieron” la fórmula innecesariamente y como te  lo dijo un profesional de la salud, le creíste sin cuestionar. Que destetaste porque te hacía muchísimo daño en los pezones y no supiste cómo solucionarlo a tiempo y de manera adecuada o porque no soportaste en el caos hormonal la demanda constante de tu bebé de tetita.

A ti que destetaste porque tenías que tomar medicamentos y no te dijeron  que puede haber una alternativa compatible con la lactancia, que destetaste porque pasaste una rabia o un susto y te dijeron que tu leche ahora dañaría a tu bebé, que con el regreso al trabajo tenías poco o nada de tiempo y ningún lugar decente donde  extraerte la leche.

Y a ti que decidiste no amamantar. Y a ti que perteneces al reducido grupito de madres que realmente no tuvo leche para nutrir a sus hijos.

A ti mamita, que aunque no diste el pecho o diste poquito tiempo, eres una madre dedicada a tus hij@s, respetuosa de sus necesidades físicas y emocionales, y comprendes sus etapas, sus deseos y actúas en consecuencia.

Conversando con una compañera de trabajo, el otro día, nos “confesaba” a quienes comíamos con ella, que dio teta sólo hasta los 3 meses de su bebé y que se vio aliviada al confirmar en la opinión de varios pediatras, que su hija no subía de peso porque su leche no le alimentaba  y le recomendaron dejar la lactancia materna e introducir fórmula. Se sintió aliviada porque ya no quería seguir con la lactancia, porque le dolía muchísimo y le rompía los pezones y porque estaba harta de pasarse horas con la teta afuera y con la niña pegada. Sin embargo, había seguido haciéndolo, porque tenía la idea de que si no lactaba sería mala madre (“todos le decían”).

Nosotr@s ahora sabemos que si hubiese querido podría haber seguido lactando sin dolores, corrigiendo la postura de la niña al pecho y la postura de la boca al pezón, que probablemente era lo que le rompía y le hacía doler, y lo que hacía que la bebé no se alimentara adecuadamente y no engordara lo que se esperaba. Si hubiese consultado a asesores en lactancia, en vez de a los pediatras, tal vez el final hubiese sido otro. Lo que nadie hubiese podido cambiar es que se pasase los primeros meses todo el día con la niña encima y la teta fuera, eso así con la lactancia materna a demanda, quiera uno o no.

Mi reflexión actual vino por el hecho de que mi compañera tuviera la idea de que para ser “buena madre” hay que dar pecho a toda costa. Me resultó “gracioso” porque llevando yo 21 meses de lactancia, siento que las madres de tetitas lecheras (sobre todo cuando es prolongada) somos muy criticadas. ¿Entonces, las “buenas madres” somos la más criticadas?

No vamos a hablar aquí de los beneficios de la lactancia materna, tanto a nivel  físico como emocional, porque ya hemos hablado de eso en nuestro post "Lactancia Materna. Un milagro color blanco (http://mamasalcien.blogspot.com.es/2014/11/lactancia-materna-un-milagro-de-color.html). También puedes consultar tus dudas sobre el tema  en el sitio de Alba Lactancia:  http://albalactanciamaterna.org

Puedo entre-leer en el comentario de aquella chica, que se sentía abrumada por no querer seguir lactando, porque es verdad que para muchas mamás, las tetitas lecheras somos como una secta que, a toda costa, hacemos apología sobre las maravillas de la lactancia y que rechazamos y criticamos la opción biberón.

Estoy consciente que nuestro discurso  puede hacer sentir a las madres no lactantes como aludidas o señaladas, por lo que hablábamos en otro post sobre la disonancia cognitiva, definida por Festinguer  y que  “básicamente viene a decir que cuando alguien se expone a dos ideas o conceptos que no son compatibles, se crea un malestar psicológico (…) Para lograr la coherencia personal interna y para reducir esta disonancia, se tiende a generar ideas, excusas o justificaciones varias, llegando de nuevo al equilibrio y a la coherencia personal (…)

Por ejemplo: Estoy a dieta, quiero comerme una chocolatina. Las dos ideas son incompatibles, pero dejan de serlo si automática e inconscientemente busco la excusa: pero como mañana voy a ir al gimnasio, si me la como no pasa nada. Así la coherencia interna se mantiene, seguimos a dieta, pero nos podemos comer la chocolatina sin sentirnos mal (…)”


Tal vez las madres no lactantes sienten que les atacamos o las molestamos, por el hecho de demostrar que la lactancia materna es el mejor alimento para nuestras crías y que ellas no lo han sabido, podido o querido gestionar.

Es como que hubiesen dos posturas encontradas, que si lactas eres buena madre porque aceptas todas la inconveniencias que ello trae, para dar la mejor alimentación a tu bebé y que si das biberón no eres buena madre porque “optaste por lo fácil”.  En lo personal, no creo que nadie deba estar en contra de nadie cuando de lo que hablamos es del bienestar de nuestros hijos.

Lo que sí estoy en contra de la desinformación y las presiones que hacen que muchas de nosotras optemos por no dar lactancia materna, porque creemos que de otra manera será mejor, en un contexto y un momento determinado, y nos equivocamos pero nos equivocamos creyendo que estamos haciendo lo mejor (para nuestros niñ@s o para nosotras).

La realidad es que sobre la lactancia materna existen muchos mitos y falsas informaciones, presiones sociales que hacen que muchas madres decidan no lactar o destetar temprano, de las que ya hablamos en nuestro post  “Tetitas lecheras. Que los mitos no te lo impidan” http://mamasalcien.blogspot.com.es/2015/01/mitos-mas-comunes-y-otros-no-tan.html

Sin embargo, estamos todas de acuerdo en que queremos darles la mejor crianza a nuestros hijos y no conformarnos con ser buenas madres, sino las mejores.

No hay que volvernos loca y tachar, descalificar o rechazar a quien no amamante a sus hijos, ya que aunque no sepamos las razones exactas que llevaron a esa mujer a renunciar a esta maravillosa experiencia, las podemos imaginar recordando y pensando en nuestra propia experiencia con la lactancia.

De una u otra manera, creo que todas hemos vivido presiones de destete o críticas por lactar más de seis meses, comentarios como que “llora porque se queda con hambre”, que si “tu leche ya no alimenta porque se convierte en agua”, que “lo mal acostumbras dándole cada vez que llora”, que “métele fórmula para que te deje descansar por la noche así se queda más lleno”, que “si estás enojada no le des que le hará daño al bebé”, que “si has estado llorando no lo amamantes”, que “le van a salir caries con tanta teta”, que “no se duerma mamando”, que “no puedes tomar medicamentos si lo lactas”, que “si te duelen los pezones te aguantas porque no hay nada que hacer”,  que, que, que … Pues así es fácil desmoralizar y confundir a una madre lactante.

Por otro lado, hay mamás que realmente no han podido dar de lactar a sus hijos porque sufren de hipogalactia, pues no creo que haya mucho más que hacer o que comentar. Tal vez sugerirles, si lo desean aprovechar que tienen pechos para “amAMAntar”  el alma de sus  hijos a través de la lactancia seca ttp://mamasalcien.blogspot.com.es/2014/12/tetitas-amorosas-fomentando-el-apego.html

También he conocido tetitas lecheras entrampadas en sus propias ideas, tratando de dar el pecho a toda costa, pero pensando que ya es momento del destete por a b o c razón personal, pero que siguen dando a disgusto o no totalmente convencidas, porque en sus cabezas está arraigado que es lo que debe ser cueste lo que cueste.

Nutricionalmente sí, es lo mejor para el niñ@, pero emocionalmente deja de ser deseable y beneficioso cuando la madre no está feliz, presenta dudas y contradicciones y no lo disfruta. Dicha infelicidad se trasmite de una u otra manera al niñ@ y, en esos casos, sería recomendable suspender la lactancia poco a poco y de manera respetuosa, para que el cachorro no sufra. Se puede hacer reemplazando tomas por leche (de vaca, de almendras, de soya) otros lácteos que el niño disfrute u otros alimentos de su elección. El cariño se puede entregar de otras maneras, siempre cerquita de mamá.



Pero está claro que para ser una buena madre no es obligatorio el dar pecho. Se puede criar con amor incondicional y respeto a las etapas, necesidades y deseos de nuestros hijos y  alimentarlos con biberón. Se puede dar biberón con amor y fomentar un apego seguro, así como se puede dar el pecho sin ningún sentimiento amoroso.

domingo, 18 de enero de 2015

Tetitas lecheras. Que los mitos no te lo impidan.

Seguramente muchas de las madres que amamantamos nos hemos hecho esta pregunta alguna vez: ¿De dónde surgieron tantos mitos en torno al amamantamiento?. Pues la explicación que más nos convence sería que cuando, alrededor de 1969, las mujeres empezaron a salir de sus hogares a trabajar, empezaron a darse cuenta que podian hacer las mismas cosas que los hombres y a la vez ser madres.


Esto trajo consigo, lo que no estuvo tan bien, que la grandes farmaceuticas vieran la oportunidad de incrementar sus ganancia y empezaron a alentar a las madres para que dejaran la lactancia, haciendo creer a los médicos y familias que la "formula" era muy parecida a la leche materna, que tenía los mismos componentes y que era mucho mas fácil que amamantar.

La "fórmula" (que no es mas que leche de vaca modificada para que pueda ser tomada por los bebés) empezó a tener un gran auge, y lo más grave es cómo los médicos fueron convencidos y probablemente sobornados para convencer a las madres con lactantes en las consultas de que la fórmula era lo mejor.
Lastimosamente eso a la fecha sigue ocurriendo. Queremos creer que algunos médicos lo hacen por pura ignorancia y desinformación, porque se han quedado creyendo que la fórmula y la leche materna es practicamente igual, pero tristemente hay otros que lo hacen porque se benefician económicamente de éstas empresas productoras de fórmulas. Como ejemplo, veamos el caso de unos médicos Italianos que fueron acusados de ser sobornados a cambio de desvirtuar la lactancia materna.
Triste... ¿cierto? Pero no todo está perdido, cada vez habemos más madres que nos preocupamos de informarnos y hay muchas campañas de la OMS, La Leche League y otros organismos que hacen llegar conocimientos a las madres y a médicos. Hoy en día una nueva generación de madres no dicen "amén" a los pediatras en términos de crianza de nuestros hijos (esto incluye su alimentación) como tal vez lo hacían nuestras madres. 
Para seguirnos apoyando y empoderándonos, hemos hecho una recopilación de los mitos más sonados en torno a la lactancia materna:

1. La recomendación es amamantar hasta los 6 meses, después de esta edad la leche materna disminuye de calidad: No sabemos quién se inventó de que fueran 6 meses, en realidad coincide con el tiempo que se ha estimado que un bebé puede empezar la alimentación complementaria, que como su nombre lo dice, es COMPLEMENTARIA a la leche materna y no vice versa. En todo caso muchos niños se alimentan únicamente o en gran parte sólo de leche materna hasta el año. Los sólidos antes del año pueden darse sin exigencia ni preocupación y solamente lo que el bebé tolere. La leche materna después de los 6 meses, despues de 1 año o 2 o más sigue siendo tan buena como siempre... nunca se va convirtiendo en agua.

2. Amamanta a tu bebé cada 2 horas (o 3): La leche materna es a demanda, o “self service” como me decía mi pediatra. Según estudios científicos entre más se alimente al bebé (sobre todo los primeros 15 días) su producción de leche será mayor. Debe ser cuando el bebé quiera, así haya sido hace 15 minutos. Entre más se amamanta más se establece la lactancia y más se mejora la producción. Amamantar al bebé es sin horarios ni restricciones. Establecer una “rutina” de tomas es completamente contraproducente para establecer la lactancia.

3. Los bebés reciben todos los nutrientes de la leche materna si son amamantados 10 minutos: Esto está un poco relacionado con lo anterior. No hay un tiempo que indique cuando el bebé tomó todo lo que tenía que tomar; algunos bebés son mas rápidos (generalmente cuando ya son mayores y expertos) y los recién nacidos más lentos. Igual depende del reflejo de ejección de la madre, puede pasar a los 3 o 5 minutos, en menos tiempo el bebé estar lleno y no necesitar más...todos son distintos y es muy variable pero tampoco hay una regla.

4. Para que tu bebé se alimente bien debe tomarse ambos pechos: Como sufrí con esto. Mi hija Camila con un pecho y con muy poco tiempo de succión quedaba satisfecha. Tomaba tan poco tiempo que vivía angustiada. Luego iba a sus controles y subía de peso... esto es porque el bebé toma lo que necesita. Ademas es importante saber que la leche mas grasa se encuentra al final de cada toma, cuando el pecho está por vaciarse y por eso no debemos apresurar al bebé a cambiarse al otro lado.

5. Si tu bebé aumenta poco de peso es porque tu leche no es buena: Ninguna leche materna es mala, todas son buenas! Los estudios demuestran que una mujer desnutrida puede amamantar tan bien como una mujer que esté bien alimentada. Si tu bebé no sube de peso correctamente puede que sea otra la causa, pero no porque la leche sea de mala calidad.

6. Si el bebé tiene mucho peso debe restringírsele las tomas de leche materna: Si un bebé toma exclusivamente leche materna y está en percentiles altos de peso y casi catalogado como obeso, no hay de qué preocuparse. La “obesidad” por leche materna no es mala. Cuando comience a comer otras cosas y a movers más, su peso se regulará.

7. No permitas que te use de chupete: Hemos hablado antes de succión no nutritiva que es primordial para los bebés. El pecho no es solo alimento sino también consuelo y confort. Los bebés tienen una necesidad innata y natural de succionar sin necesidad de comer y ojala el pecho de su mamá.
ba8. El bebé puede ser alérgico a la leche materna: La leche materna es el alimento más natural y completo que tu hijo puede recibir. Los bebés pueden ser alérgicos a algún alimento o proteína que pasó a través de la leche materna pero no por la leche en sí. Basta con que la madre suspenda el consumo del alimento alergénico durante el período que dure el amamantamiento.

9. La leche materna más allá del año ya no aporta nutricionalmente: La composición de la leche materna varía a medida que el bebé va creciendo. Después del año la leche materna se vuelve un complemento a los otros alimentos, se vuelve mucho más rica en grasas, energía y ácido fólico que ayuda al desarrollo del cerebro y el sistema nervioso. Se ha descubierto que la leche después del año contiene un 12% mas de calorías que la leche que toma un recién nacido. Entonces, que no nos digan que ya no sirve.

Por algo la OMS recomienda amamantar hasta los 2 años y después lo que la madre y bebé quieran.

10. Si tu mamá no pudo amamantar tu tampoco: Si alimentas a demanda a tu bebé tendrás leche, de lo contrario, se reduce. Normalmente las mujeres que dicen que no pudieron amamantar es porque no tuvieron la información suficiente ni el apoyo necesario para sortear las primeras trabas de la lactancia, como la postura del cuerpo y la boca, lo que hace que no salga suficiente leche o duela.
No poder amamantar (como problema fisiológico) es extremadamente raro en una mujer. Se llama hipogalactia y lo sufre aproximadamente el 2% de las mujeres. Para ella, si lo desean, existe la opción de la lactancia seca con la cual pueden nutrir de amor, calor y consuelo a su hijos. tal como hemos comentado en un post anterior.


http://mamasalcien.blogspot.com.es/2014/12/tetitas-amorosas-fomentando-el-apego.html

11. Si tienes los pechos pequeños no puedes amamantar (o si los tienes grandes, tendrás mas leche): La cantidad de leche no depende del tamaño de los senos, esto depende de las glándulas mamarias y la cantidad y frecuencia con que alimentes al bebé. Si no lo sabré yo que tengo los pechos muy pequeños y Camila se ha amamamantado 1 año casi exclusivamente con leche materna y otro de manera complementaria.


12. Si estás embarazada no puedes amamantar: Amamantar cuando se está embarazada, o cuando tienes más niños que amamantan al mismo tiempo,  se llama “lactancia en tandém”. Si tu embarazo es un embarazo sin riesgos, no hay razón para dejar de amamantar.





13. Si estás enferma y tomas medicamentos debes parar de amamantar: Son muy pero muy pocos los medicamentos que son incompatibles con la lactancia. Consulta con tu médico antes de tomar algo mientra estés amamantando y ojala sea un médico informado que te ofrezca alternativas para que no tengas problemas. También a modo de referencia puedes consultar http://e-lactancia.org/


14. Amamantar duele: Esto puede ser verdad al inicio, pero no les pasa a todas las mujeres y no debe de prolongarse ningún dolor al amamantar en el tiempo. Si esto sucede es porque hay un mal agarre del bebé, puede tener frenillo sublingual o la posición no es la adecuada. Busca una asesora experta en lactancia si es tu caso.

 http://albalactanciamaterna.org/lactancia/claves-para-amamantar-con-exito/posturas-y-posiciones-para-amamantar/



15. La fórmula es casi igual a la leche materna: Sabemos que la fórmula es una opción para muchas madres sobre todo si por algún motivo no puedieron amamantar o tuvieron problemas de salud, pero nada puede estar mas lejos de la realidad. La leche materna es un tejido vivo, natural y perfecto, diseñada exclusivamente para tu bebé depediendo de la hora, del número de la toma, de las necesidades nutricionales de tu hijo, de si está enfermo o no, sale en la temperatura perfecta, tiene el sabor perfecto! Y por si fuera poco es calor, amor y genera un vínculo incomparable con tu bebé. La fórmula nunca podrá tener comparación porque se es imposible crear algo tan único como la leche materna. Si alguién (especialmente tu médico) te dice esto... sal corriendo de ahi. 


 


16. Si tu bebé despierta mucho por las noches es porque se queda con hambre: Me lo dijeron muchas veces con Camila ( y a mí con Damián!). Sin embargo, el sueño del bebé como hemos dicho antes es un proceso evolutivo y adicionalmente es normal que un bebé despierte muchas veces por las noches y mame, aunque no sea por hambre, sino por consuelo o para volver a dormir. Por otro lado los bebés hacen tomas frecuentes pues su estómago es muy pequeñito, la leche materna se digiera rapidamente y es lógico que quieran comer de nuevo en poco tiempo.





El mejor consejo es que, ante la duda, busques una seguna opinión,un experto en lactancia; porque ojo! Los pediatras en su formación normalmente reciben apenas unas cuantas horas de clases donde les hablan de la lactancia materna, casi nunca son expertos en el tema y si no se actualizan pueden llegar a tener ideas muy arcaicas acerca de la leche materna. A los expertos los puedes encontrar en organismos pro lactancia como una lider de La Leche League, en alguna madre que haya amamantado a un hijo más de un año o en páginas pro lactancia.

Puedes revisar mas información acá:

http://www.llli.org

Finalmente te invitamos a ver un simpático video, para que lo disfrutes con tu hij@, al mío le encanta!


https://www.youtube.com/watch?v=eOgdyxs5P9g








martes, 13 de enero de 2015

Guardería, ser o no ser.



“Hasta los tres años los niños necesitan a mamá por montones y mientras más segura es la relación que sienten con la madre, más conductas de protesta presentan cuando ella se va y más conductas de compensación cuando ella vuelve (quieren pasar todo el rato encima de ella), lo que algunas personas malinterpretan diciendo que el niño está mimado, enmadrado, malcriado, etc. No, este niño está creciendo sanamente.”

Mamás al 100


 

Desde nuestro punto de vista la respuesta al dilema “Guardería, ser o no ser” sería claramente NO SER, y optar por otras alternativas de guarda para nuestro hij@ pequeñ@, donde la primera y principal sería mamá (o figura de apego).

 

¿Por qué? Porque como decíamos en un post anterior el niño hasta los 3 (mínimo) no está psicológicamente preparado para soportar largas horas de separación de su cuidador principal, hasta obtener un apego seguro y haber pasado exitosamente por las etapas de “angustia de separación” (proceso psicológico que se da a partir de que los niños empiezan a gatear, en momentos en el que el bebé o niño ve peligrar la relación con la figura de apego, lo que puede provocarle inseguridades, ya que se da cuenta que mamá puede ir y no volver).

 

“En los menores de tres años, cuanto mejor es la relación con la madre, más se altera la conducta del niño tras la separación. Los niños maltratados o ignorados en su casa, apenas lloran cuando los  separan de sus familias. Pero eso no significa que toleren mejor la pérdida, sino que ya no tenían casi nada que perder. No muestran la respuesta normal de un niño sano de su edad.

 

En cambio, entre los niños de cinco a ocho años, aquellos que han tenido una más sólida relación con la madre, los que recibieron más mimos y pasaban más tiempo en brazos, son los que mejor soportan la separación. El estrecho contacto de los primeros años les ha dado la fuerza necesaria para soportar la separación” (Carlos González citando a Bowlby)

 


 
No es raro que las madres que trabajábamos, antes de serlo, tengamos que retomar nuestras actividades laborales tempranamente, ya que en la mayoría de los países el permiso maternal es extremadamente corto, tres, seis meses, y en países más adelantados en interés por el bienestar de sus ciudadanos puede llegar a dos años. Claramente la inversión a futuro, creando personas seguras y felices no es rentable (además, me imagino, que llegar a criar muchos ciudadanos seguros, estables emocionalmente e inteligentes  puede resultar peligroso).

En Alemania, donde solo el 6% de los niños menores de 3 años acude a guarderías infantiles y en Suecia las madres tienen un año y medio de permiso por maternidad, mientras las madres en España disfrutamos de apenas 4 meses para atender a nuestros hijos 


Rosa Jové da una idea al gobierno español por ejemplo, para conciliar la vida de madre y mujer trabajadora  La conciliación de la vida laboral y familiar es una ley que tiene un nombre muy largo pero muy poco contenido. En los países escandinavos hay dos años de baja maternal. Aquí dicen que no hay dinero para eso y se ponen a construir más guarderías. La guardería es un mal menor, atenta contra la salud de los niños, porque muchos se ponen enfermos y, si se quedaran en casa, eso no pasaría tanto. Pero, claro, muchas madres quieren(o necesitan) ir a trabajar. ¿Cómo lo arreglamos? El otro día calculé cuánto cuesta una plaza de guardería por niño al mes. Hay que contar el personal, los materiales, la luz, la calefacción, etc, pero también el edificio. Cada plaza sale por una media de 2000 euros al mes. Creo que el Estado debería darles a las madres un cheque de 1500.-€ al mes por cada niño y que cada madre pudiera decidir si se lo gasta en la guardería, en una canguro (niñera) o si le compensa dejar de trabajar para cuidarlo ella. Eso sí, todas las guarderías deberían tener una “tarifa plana” de 1500 euros. Así se gastaría lo mismo que se está gastando ahora pero las madres tendrían más opciones”
 


 

Pero hasta que la realidad no sea otra, no nos queda más que volver al trabajo llegado el momento (para algunas antes y para otras después) y de buscar un cuidador para nuestro bebé.

Recomendaríamos que si la familia se puede “dar el lujo” de apretarse el cinturón un tiempo para que la mamá (o el papá, quien sea la figura de apego principal que suele ser la mamá y si da tetita con mayor razón) no trabaje durante los primeros 2 o 3 años de vida del niño, lo haga. O si no puede dejar el trabajo por completo, pero se puede permitir disminuir jornada, que no lo piense más.

Este último es nuestro caso, yo no podía dejar de trabajar por razones económicas, pero apretándonos podemos vivir con la mitad de mi sueldo, así que dicho y hecho. Los primeros 15 meses trabajé media jornada (4 horas diarias de trabajo, 5 de separación efectiva con mi bebé, incluidos los trayectos)

De todas maneras, cuando mamá retoma el trabajo total o parcialmente, habrá que dejar con alguien al bebé. Ojalá fuera siempre posible dejarlo con un pariente cercano que ya lo conozca y lo quiera, como unos abuel@s, ti@s, etc.

Muchas familias pudiendo, prefieren prescindir de esta opción porque les da vergüenza “molestar” o “abusar”. Sin embargo, es probable que haya algún pariente, sobre todo abuel@s que estén dispuestos y felices de hacerlo. Así tienen más tiempo para ocupar en una tarea feliz que les alegre el alma y el día.

Entonces, para no “abusar” de la buena voluntad de los abuel@s, se puede llegar a un acuerdo con ellos y ofrecerle alguna ayuda a cambio, sea económica (lo mismo que pagarías a la guarde por ejemplo) o en servicios para ellos, como cortar el césped los fines de semana, ayudar en tareas de bricolaje, etc. cualquier tarea que les resulte complicada de realizar y que les evite un gasto económico.

 
Para quienes los familiares, abuelos, tíos, no son una opción ya que por lejanía no es posible, porque están muy ocupados, porque no quieren, o porque no les parece que la educación y cuidado que le van a dar al niño no es lo que quisieran para él/ella, la tercera opción sería una niñera que se encargue del cuidado del bebé de manera exclusiva.

Claro que ésta es una posibilidad para bolsillos más holgados a quienes les compense depositar una gran parte de su sueldo la cuenta de la persona que cuidará al niño y aun así le quede un remanente importante en las arcas de la familia. Si no es así, no tendría sentido ya que  para ello uno de los padre se dedicaría al cuidado de su hijo, ¿no?

Solemos decir y pensar que nuestros hij@s son nuestro tesoro y lo mejor que nos ha pasado en la vida (lo que pensamos nosotras, al menos). Entonces lo lógico es querer asegurarnos que quien los va a cuidar sea la persona más adecuada para ello.  Si no puedo ser yo misma, mi marido, mis padres o hermanos, me aseguraré de tener las mejores referencias de la niñera o niñero, que sea alguien bien recomendado, mejor si es alguien a quien conozca de antes y que mi bebé conozca y que necesite trabajar.

Lo ideal sería también invertir en el sueldo del cuidador desde un mes o dos antes de la separación para que madre y niñer@ cuiden junt@s al niño, así se establece una rutina concertada y el bebé ve que existe confianza con esa persona, que no es completamente un extraño y que se quedará con alguien a quien mamá concoce.

 

Y como cuarta y última opción, dejamos el tema inicial de este post: la guardería.

 
 


 

Las guarderías, en la actualidad, están pensadas como un negocio más que para prestar una solución efectiva a las necesidades de cuidado de un bebé.

En España la ley permite que una sola cuidadora se haga cargo de 8 bebés (menores de un año), con lo que el tiempo real se le pasa entre dándoles de comer y cambiándole los pañales.

¿Qué atención personalizada a las necesidades de cada uno de los bebés que atiende puede dar? ¿Qué programa de estimulación real se puede aplicar en este panorama? Mucha gente cree que las guarderías son mejores que los cuidados en casa, porque estimulan a los bebés. Dudo que sean más estimulantes cognitivamente que lo que en casa la familia pueda realizar en su vida cotidiana.

Para Carlos González Es antinatural que los niños vayan a la guardería y sus padres les vean solo dos o tres horas al día … Las madres se separan de sus hijos demasiado pronto, cuando aún no están preparados, y luego esos niños que no han visto atendidas sus necesidades afectivas no se van de casa hasta los 35 años”.


 

Y para el segundo y tercer año la cantidad de niños permitidos en el aula aumenta a 15 y 22 por cuidadora, si no me equivoco. Mucha gente cree que la guardería es buena porque los niños aprenden a socializar. Con esta cantidad de niños, ¿es realmente posible que la cuidadora esté ocupada de lo que socializa y cómo socializa cada niño? Lo más probable es que juegue y se pegue igual que lo haría en el parque con otros niños. Caerse y pegarse con otros es más frecuente que ocurra estando en la guardería que estando en el parque, ya que en este último suele haber una mamá por cada 1,2 o 3 niños, no para 15 ni 22.

Además, los niños no juegan realmente de manera social hasta los 3 años, hasta aquí pueden jugar en grupos pero cada uno a lo suyo. Entonces si es lo que queremos propiciar es el contacto de un niño pequeño con otros niños de su edad, es suficiente con un par de horas al día en el parque.


Sí que hay guarderías que pueden tener hasta una cuidadora por cuatro niños, donde el cuidado debería ser más personalizado a las necesidades de cada uno, pero esas son privadas y te cuestan casi tu sueldo (si hablamos de un sueldo medio) con lo cual no estarías ganando nada económicamente al dejar a tu hijo ahí y estarías perdiendo la posibilidad de compartir tu vida diaria con él.

Aun así, si no te queda otra opción que mandar a tu hijo a la guardería, porque no te puedes permitir dejar de trabajar ni reducir jornada ni de pagar una niñera particular y no tienes familia o amigos disponibles, aquí te dejamos algunos puntos a tener en cuenta a la hora de elegir la guardería apropiada, ojalá fueran todas posibles, según la experiencia de un grupo de mamás que criamos con apego:


 

Cuando la visites, que te muestren todas las instalaciones que poseen, donde juegan, comen, duermen, donde les preparan la comida, los baños, etc. Has varias visitas en distintos horarios para ver su funcionamiento en diferentes horas del día.

Que te permitan visitar las aulas “en activo” par ver el trato que dan a los niños, fíjate en las caritas de ellos, a ver qué trasmiten.

Que los cuidadores te trasmitan tranquilidad y confianza, “feeling”.

Permitan que el período de adaptación sea contigo presente, poco a poco, para que el bebé vea que tú también estás estableciendo un vínculo con la profesora y los compañeros, antes de dejarlo ahí sin ti.

Que permitan las puertas abiertas, es decir, que te permitan entrar hasta el aula a dejarlo cada día acomodado en la actividad con los otros niños y no a la entrada solamente. Y que te dejen quedarte un ratos si lo deseas .

Que tengan flexibilidad en el horario de entrada y salida de cada día: ir a dejarlo a la hora que tú decidas e ir a buscarlo a la hora que tú decidas.

Permitan que le lleves leche materna, si es que lo estás lactando.

Que sean capaces de brindar brazos y contención a cada niño cuando lo reclame, incluso para dormir si lo necesitan.

Que sean claros en explicarte los métodos que tiene para darles de comer (no forzar), hacerles dormir (horario personalizado y método individual), jugar (respeto por los niños que no quieren participar en actividades), paso al uso de pañal (respetuoso) etc.

Pregunta sobre el procedimiento en caso de enfermedad del niño.  Si tienen atención médica en el lugar en caso de accidente.


 



Para Carlos González, como para la mayoría de los profesionales de la crianza con apego, la guardería debería ser el último recurso a utilizar, como guarda para tu hij@, pero si es inevitable, te recomienda tener en cuenta la necesidad de compensación de tu hijo y seguir tu instinto , a través del caso de Ramón y su mamá Susana: 

 

“La guardería es una separación relativamente corta que se puede compensar. Ramón le está explicando a su madre cómo compensar la separación, cómo sanar la herida: le pide que pase con él toda la tarde, que acuda por la noche cuando él la llama (sospechamos que preferiría directamente dormir con ella), que le lleve cuando vaya a comprar, que le dé muchos brazos y muchos mimos. Susana podría darle todo esto y sentirse mejor al hacerlo, y sanar también la herida que ella misma sufre con la separación. Pero la maestra (teóricamente una experta en educación infantil) tampoco sabe reconocer los efectos de la separación en un niño de esta

edad, y se ha reído del sufrimiento del niño. Susana ha tomado, trágicamente, el camino opuesto: en vez de admitir que su hijo sufre de verdad, en vez de apretarlo contra su corazón

y sentir rabia contra el sistema económico que la obliga a buscar trabajo con un niño tan pequeño, está intentando convencerse a sí misma de que el sufrimiento de su hijo es

teatro y sus lágrimas son de cocodrilo. Susana siente ahora rabia contra su propio hijo, le acusa de practicar el chantaje emocional”
 

 

 

 

En nuestro caso, cuando Damián tenía casi 6 meses tuve que incorporarme a mi trabajo, con el dolor de mi corazón por no tener más baja maternal ni vacaciones que agregar. En aquella época (y aún hoy) mi hijo dormía muy mal y para dormirse necesitaba relajarse con la succión del pecho (chupete ni pensar) y despertando muchísimo. Me preocupaba de sobre manera este tema, ya que sin mí no podría dormirse sin caer rendido por el llanto, cosa que no quería que ocurriera. Aunque la gente me decía que no me preocupara y que confiara en que podría adaptarse rápido, realmente era lo que yo deseaba porque “no nos quedaba otra”

Nuestra opción tuvo que ser guardería pública por que no contábamos con presupuesto para otra cosa, ni con familia ni amigos “de quienes tirar”. Así que el pobre estuvo destinado a  compartir los cuidados de su profesora con 7 bebés más y dormirse la siesta de la mañana de la mejor manera que la profesora pudiera ayudarle.  Lo que sí, tuve la posibilidad de reducir jornada a la mitad y así “saltarme” una de las siestas que hacía a su edad (una en la mañana y otra en la tarde) para que la hiciera conmigo.

Al inicio conocimos el lugar, nos gustó, la profesora parecía simpática y cariñosa, nos aseguró que no lo dejaría llorar desconsoladamente y buscaría alternativas para dormirlo (menos brazos, dada la cantidad de niños que tenía que atender) en la siesta de la mañana. Así se pasó el primer año de guardería y fueron los primeros 5 meses que me duelen aun porque sé que no lo pasó bien durante esas siestas, aunque quiero creer lo que la profesora decía que le ayudaba a dormir y que apenas lloriqueaba y que después de un mes ya no lloró más. Afortunadamente  con 11 meses dejó de dormir en la mañana y me esperaba a que yo llegara a buscarlo y se dormía conmigo en el camino a casa.

Este año ya hemos prescindido de la guardería, para regocijo de mi alma.  Mi mamá ha podido venirse de Chile a cuidar a su nieto, el tiempo que sea necesario, y nosotros le ayudamos a sostenerse económicamente dándole el importe que pagábamos el año pasado a la guardería. Un acuerdo en el que salimos todo ganando. Sé que con ella está contento, bien cuidado y muy feliz.

Para socializar y jugar con otros niños va al parque cada mañana un par de horas y cada tarde conmigo también, es su espacio para estar con otros de su edad. Sé que come bien en casa en un ambiente grato, la cantidad que quiera y se duerme la siesta sin llorar porque mi mamá ha encontrado el modo de hacerlo y yo llego del trabajo antes de su primer despertar (porque también despierta para la siesta), al llegar me acuesto con él y descansamos un rato más los dos juntitos.

Si bien no siempre estamos de acuerdo, con mi madre, en ciertos puntos menores de la crianza, veo que ella respeta lo que yo digo (casi siempre, jejeje) y estoy segura que  la ganancia es muchísima mayor a tenerlo otro año más en guardería.

 
 

Para finalizar, te invitamos a reflexionar sobre de maternidad y trabajo, con un escrito de Laura Gutman


Maternar y trabajar

Solemos creer que maternidad y trabajo son incompatibles. Sin embargo no importa si trabajamos o no. Importa saber si logramos fundirnos en las necesidades de los niños pequeños en relación al contacto corporal, el cobijo, la lactancia, los brazos disponibles, la mirada, la quietud y la presencia durante las horas que sí estamos en casa, incluyendo la noche. Siempre es posible seguir trabajando, si es nuestro deseo o nuestra necesidad, sin que el niño tenga que pagar los precios del abandono emocional. Con frecuencia, utilizamos el trabajo como refugio y excusa perfecta para no someternos al vínculo fusional con los hijos. En cambio, otras veces, nos lanzamos a ese misterioso universo sin tiempo y sin bordes que es el contacto corporal permanente con los niños pequeños, sabiendo que esa hazaña es invisible a ojos de los demás, y que en ese territorio no recibiremos reconocimiento ni apoyo.

El problema no es el trabajo. El problema es la vuelta a casa. Pensemos cuántos minutos por día le dedicamos, de verdad, a la satisfacción pura de nuestros hijos traducida en piel, olor, leche, fluidos, abrazos y palabras llenas de sentido.

Cuando regresamos a casa, el niño que ya nos ha esperado con infinita paciencia siente que, ahora sí, ha llegado la hora de estar con mamá. A partir de ese momento merece ser resarcido, colmado de caricias, tiempo, abrazos y sonrisas y también merece recibir respuestas a sus reclamos legítimos ya que ha esperado estoicamente el regreso de su madre. Si somos capaces de delegar todo lo demás una vez que hemos regresado a casa, si comprendemos que no hay nada urgente más que nutrir a nuestro bebe de caricias y leche, entonces el trabajo no será un obstáculo para el vínculo amoroso entre la madre y el niño.

Laura Gutman