Este escrito va dedicado a ti
mamá que no diste de mamar o que interrumpiste la lactancia tempranamente,
porque no estuviste bien informada ni asesorada, porque te “vendieron” o te
“metieron” la fórmula innecesariamente y como te lo dijo un profesional de la salud, le creíste
sin cuestionar. Que destetaste porque te hacía muchísimo daño en los pezones y
no supiste cómo solucionarlo a tiempo y de manera adecuada o porque no
soportaste en el caos hormonal la demanda constante de tu bebé de tetita.
A ti que destetaste porque tenías
que tomar medicamentos y no te dijeron que puede haber una alternativa compatible con
la lactancia, que destetaste porque pasaste una rabia o un susto y te dijeron
que tu leche ahora dañaría a tu bebé, que con el regreso al trabajo tenías poco
o nada de tiempo y ningún lugar decente donde extraerte la leche.
Y a ti que decidiste no amamantar.
Y a ti que perteneces al reducido grupito de madres que realmente no tuvo leche
para nutrir a sus hijos.
A ti mamita, que aunque no diste
el pecho o diste poquito tiempo, eres una madre dedicada a tus hij@s,
respetuosa de sus necesidades físicas y emocionales, y comprendes sus etapas,
sus deseos y actúas en consecuencia.
Conversando con una compañera de
trabajo, el otro día, nos “confesaba” a quienes comíamos con ella, que dio teta
sólo hasta los 3 meses de su bebé y que se vio aliviada al confirmar en la
opinión de varios pediatras, que su hija no subía de peso porque su leche no le
alimentaba y le recomendaron dejar la
lactancia materna e introducir fórmula. Se sintió aliviada porque ya no quería
seguir con la lactancia, porque le dolía muchísimo y le rompía los pezones y
porque estaba harta de pasarse horas con la teta afuera y con la niña pegada.
Sin embargo, había seguido haciéndolo, porque tenía la idea de que si no
lactaba sería mala madre (“todos le decían”).
Nosotr@s ahora sabemos que si
hubiese querido podría haber seguido lactando sin dolores, corrigiendo la
postura de la niña al pecho y la postura de la boca al pezón, que probablemente
era lo que le rompía y le hacía doler, y lo que hacía que la bebé no se
alimentara adecuadamente y no engordara lo que se esperaba. Si hubiese
consultado a asesores en lactancia, en vez de a los pediatras, tal vez el final
hubiese sido otro. Lo que nadie hubiese podido cambiar es que se pasase los
primeros meses todo el día con la niña encima y la teta fuera, eso así con la
lactancia materna a demanda, quiera uno o no.
Mi reflexión actual vino por el
hecho de que mi compañera tuviera la idea de que para ser “buena madre” hay que
dar pecho a toda costa. Me resultó “gracioso” porque llevando yo 21 meses de
lactancia, siento que las madres de tetitas lecheras (sobre todo cuando es
prolongada) somos muy criticadas. ¿Entonces, las “buenas madres” somos la más
criticadas?
No vamos a hablar aquí de los
beneficios de la lactancia materna, tanto a nivel físico como emocional, porque ya hemos hablado
de eso en nuestro post "Lactancia Materna. Un milagro color blanco (http://mamasalcien.blogspot.com.es/2014/11/lactancia-materna-un-milagro-de-color.html).
También puedes consultar tus dudas sobre el tema en el sitio de Alba Lactancia: http://albalactanciamaterna.org
Puedo entre-leer
en el comentario de aquella chica, que se sentía abrumada por no querer seguir
lactando, porque es verdad que para muchas mamás, las tetitas lecheras somos
como una secta que, a toda costa, hacemos apología sobre las maravillas de la
lactancia y que rechazamos y criticamos la opción biberón.
Estoy consciente
que nuestro discurso puede hacer sentir
a las madres no lactantes como aludidas o señaladas, por lo que hablábamos en
otro post sobre la disonancia cognitiva, definida por Festinguer y que “básicamente viene a decir que
cuando alguien se expone a dos ideas o conceptos que no son compatibles, se
crea un malestar psicológico (…) Para lograr la coherencia personal interna y
para reducir esta disonancia, se tiende a generar ideas, excusas o
justificaciones varias, llegando de nuevo al equilibrio y a la coherencia
personal (…)
Por ejemplo: Estoy a dieta,
quiero comerme una chocolatina. Las dos ideas son incompatibles, pero dejan de
serlo si automática e inconscientemente busco la excusa: pero como mañana voy a
ir al gimnasio, si me la como no pasa nada. Así la coherencia interna se
mantiene, seguimos a dieta, pero nos podemos comer la chocolatina sin sentirnos
mal (…)”
Tal vez las madres no lactantes
sienten que les atacamos o las molestamos, por el hecho de demostrar que la
lactancia materna es el mejor alimento para nuestras crías y que ellas no lo
han sabido, podido o querido gestionar.
Es como que hubiesen dos posturas
encontradas, que si lactas eres buena madre porque aceptas todas la
inconveniencias que ello trae, para dar la mejor alimentación a tu bebé y que
si das biberón no eres buena madre porque “optaste por lo fácil”. En lo personal, no creo que nadie deba estar
en contra de nadie cuando de lo que hablamos es del bienestar de nuestros
hijos.
Lo que sí estoy en contra de la
desinformación y las presiones que hacen que muchas de nosotras optemos por no
dar lactancia materna, porque creemos que de otra manera será mejor, en un
contexto y un momento determinado, y nos equivocamos pero nos equivocamos
creyendo que estamos haciendo lo mejor (para nuestros niñ@s o para nosotras).
La realidad es que sobre la
lactancia materna existen muchos mitos y falsas informaciones, presiones
sociales que hacen que muchas madres decidan no lactar o destetar temprano, de
las que ya hablamos en nuestro post
“Tetitas lecheras. Que los mitos no te lo impidan” http://mamasalcien.blogspot.com.es/2015/01/mitos-mas-comunes-y-otros-no-tan.html
Sin embargo, estamos todas de
acuerdo en que queremos darles la mejor crianza a nuestros hijos y no conformarnos
con ser buenas madres, sino las mejores.
No hay que volvernos loca y tachar,
descalificar o rechazar a quien no amamante a sus hijos, ya que aunque no
sepamos las razones exactas que llevaron a esa mujer a renunciar a esta
maravillosa experiencia, las podemos imaginar recordando y pensando en nuestra propia
experiencia con la lactancia.
De una u otra manera, creo que
todas hemos vivido presiones de destete o críticas por lactar más de seis meses,
comentarios como que “llora porque se queda con hambre”, que si “tu leche ya no
alimenta porque se convierte en agua”, que “lo mal acostumbras dándole cada vez
que llora”, que “métele fórmula para que te deje descansar por la noche así se
queda más lleno”, que “si estás enojada no le des que le hará daño al bebé”,
que “si has estado llorando no lo amamantes”, que “le van a salir caries con
tanta teta”, que “no se duerma mamando”, que “no puedes tomar medicamentos si
lo lactas”, que “si te duelen los pezones te aguantas porque no hay nada que
hacer”, que, que, que … Pues así es
fácil desmoralizar y confundir a una madre lactante.
Por otro lado, hay mamás que
realmente no han podido dar de lactar a sus hijos porque sufren de
hipogalactia, pues no creo que haya mucho más que hacer o que comentar. Tal vez
sugerirles, si lo desean aprovechar que tienen pechos para “amAMAntar” el alma de sus
hijos a través de la lactancia seca ttp://mamasalcien.blogspot.com.es/2014/12/tetitas-amorosas-fomentando-el-apego.html
También he conocido tetitas
lecheras entrampadas en sus propias ideas, tratando de dar el pecho a toda
costa, pero pensando que ya es momento del destete por a b o c razón personal,
pero que siguen dando a disgusto o no totalmente convencidas, porque en sus
cabezas está arraigado que es lo que debe ser cueste lo que cueste.
Nutricionalmente sí, es lo mejor
para el niñ@, pero emocionalmente deja de ser deseable y beneficioso cuando la
madre no está feliz, presenta dudas y contradicciones y no lo disfruta. Dicha
infelicidad se trasmite de una u otra manera al niñ@ y, en esos casos, sería
recomendable suspender la lactancia poco a poco y de manera respetuosa, para
que el cachorro no sufra. Se puede hacer reemplazando tomas por leche (de vaca,
de almendras, de soya) otros lácteos que el niño disfrute u otros alimentos de
su elección. El cariño se puede entregar de otras maneras, siempre cerquita de
mamá.
Pero está claro que para ser una
buena madre no es obligatorio el dar pecho. Se puede criar con amor
incondicional y respeto a las etapas, necesidades y deseos de nuestros hijos
y alimentarlos con biberón. Se puede dar
biberón con amor y fomentar un apego seguro, así como se puede dar el pecho sin
ningún sentimiento amoroso.
Completamente identificada!!!!!... me he repetido mil veces .. soy una buena madre... para convencerme... y quitar ese sentimiento de culpa .. a causa de las presiones..... nadie se molesta en preguntar.. si estas comoda.. si te duele.. si descansas y lo disfrutas..... las criticas son las unicas que se escuchan... de verdas he llorado literalmente al leer y de cierta manera me has consolado sabiendo que hay alguien que comprende mi situacion y que sabe que amo a mis hijos maa que nadie... y que daria lo que fuera por ellos.... y que el amor no se mide por si amamantas o no..... Gracias por esas palabras que me han consolado...
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