viernes, 23 de enero de 2015

Tetitas no lecheras. Una opción respetable.


Este escrito va dedicado a ti mamá que no diste de mamar o que interrumpiste la lactancia tempranamente, porque no estuviste bien informada ni asesorada, porque te “vendieron” o te “metieron” la fórmula innecesariamente y como te  lo dijo un profesional de la salud, le creíste sin cuestionar. Que destetaste porque te hacía muchísimo daño en los pezones y no supiste cómo solucionarlo a tiempo y de manera adecuada o porque no soportaste en el caos hormonal la demanda constante de tu bebé de tetita.

A ti que destetaste porque tenías que tomar medicamentos y no te dijeron  que puede haber una alternativa compatible con la lactancia, que destetaste porque pasaste una rabia o un susto y te dijeron que tu leche ahora dañaría a tu bebé, que con el regreso al trabajo tenías poco o nada de tiempo y ningún lugar decente donde  extraerte la leche.

Y a ti que decidiste no amamantar. Y a ti que perteneces al reducido grupito de madres que realmente no tuvo leche para nutrir a sus hijos.

A ti mamita, que aunque no diste el pecho o diste poquito tiempo, eres una madre dedicada a tus hij@s, respetuosa de sus necesidades físicas y emocionales, y comprendes sus etapas, sus deseos y actúas en consecuencia.

Conversando con una compañera de trabajo, el otro día, nos “confesaba” a quienes comíamos con ella, que dio teta sólo hasta los 3 meses de su bebé y que se vio aliviada al confirmar en la opinión de varios pediatras, que su hija no subía de peso porque su leche no le alimentaba  y le recomendaron dejar la lactancia materna e introducir fórmula. Se sintió aliviada porque ya no quería seguir con la lactancia, porque le dolía muchísimo y le rompía los pezones y porque estaba harta de pasarse horas con la teta afuera y con la niña pegada. Sin embargo, había seguido haciéndolo, porque tenía la idea de que si no lactaba sería mala madre (“todos le decían”).

Nosotr@s ahora sabemos que si hubiese querido podría haber seguido lactando sin dolores, corrigiendo la postura de la niña al pecho y la postura de la boca al pezón, que probablemente era lo que le rompía y le hacía doler, y lo que hacía que la bebé no se alimentara adecuadamente y no engordara lo que se esperaba. Si hubiese consultado a asesores en lactancia, en vez de a los pediatras, tal vez el final hubiese sido otro. Lo que nadie hubiese podido cambiar es que se pasase los primeros meses todo el día con la niña encima y la teta fuera, eso así con la lactancia materna a demanda, quiera uno o no.

Mi reflexión actual vino por el hecho de que mi compañera tuviera la idea de que para ser “buena madre” hay que dar pecho a toda costa. Me resultó “gracioso” porque llevando yo 21 meses de lactancia, siento que las madres de tetitas lecheras (sobre todo cuando es prolongada) somos muy criticadas. ¿Entonces, las “buenas madres” somos la más criticadas?

No vamos a hablar aquí de los beneficios de la lactancia materna, tanto a nivel  físico como emocional, porque ya hemos hablado de eso en nuestro post "Lactancia Materna. Un milagro color blanco (http://mamasalcien.blogspot.com.es/2014/11/lactancia-materna-un-milagro-de-color.html). También puedes consultar tus dudas sobre el tema  en el sitio de Alba Lactancia:  http://albalactanciamaterna.org

Puedo entre-leer en el comentario de aquella chica, que se sentía abrumada por no querer seguir lactando, porque es verdad que para muchas mamás, las tetitas lecheras somos como una secta que, a toda costa, hacemos apología sobre las maravillas de la lactancia y que rechazamos y criticamos la opción biberón.

Estoy consciente que nuestro discurso  puede hacer sentir a las madres no lactantes como aludidas o señaladas, por lo que hablábamos en otro post sobre la disonancia cognitiva, definida por Festinguer  y que  “básicamente viene a decir que cuando alguien se expone a dos ideas o conceptos que no son compatibles, se crea un malestar psicológico (…) Para lograr la coherencia personal interna y para reducir esta disonancia, se tiende a generar ideas, excusas o justificaciones varias, llegando de nuevo al equilibrio y a la coherencia personal (…)

Por ejemplo: Estoy a dieta, quiero comerme una chocolatina. Las dos ideas son incompatibles, pero dejan de serlo si automática e inconscientemente busco la excusa: pero como mañana voy a ir al gimnasio, si me la como no pasa nada. Así la coherencia interna se mantiene, seguimos a dieta, pero nos podemos comer la chocolatina sin sentirnos mal (…)”


Tal vez las madres no lactantes sienten que les atacamos o las molestamos, por el hecho de demostrar que la lactancia materna es el mejor alimento para nuestras crías y que ellas no lo han sabido, podido o querido gestionar.

Es como que hubiesen dos posturas encontradas, que si lactas eres buena madre porque aceptas todas la inconveniencias que ello trae, para dar la mejor alimentación a tu bebé y que si das biberón no eres buena madre porque “optaste por lo fácil”.  En lo personal, no creo que nadie deba estar en contra de nadie cuando de lo que hablamos es del bienestar de nuestros hijos.

Lo que sí estoy en contra de la desinformación y las presiones que hacen que muchas de nosotras optemos por no dar lactancia materna, porque creemos que de otra manera será mejor, en un contexto y un momento determinado, y nos equivocamos pero nos equivocamos creyendo que estamos haciendo lo mejor (para nuestros niñ@s o para nosotras).

La realidad es que sobre la lactancia materna existen muchos mitos y falsas informaciones, presiones sociales que hacen que muchas madres decidan no lactar o destetar temprano, de las que ya hablamos en nuestro post  “Tetitas lecheras. Que los mitos no te lo impidan” http://mamasalcien.blogspot.com.es/2015/01/mitos-mas-comunes-y-otros-no-tan.html

Sin embargo, estamos todas de acuerdo en que queremos darles la mejor crianza a nuestros hijos y no conformarnos con ser buenas madres, sino las mejores.

No hay que volvernos loca y tachar, descalificar o rechazar a quien no amamante a sus hijos, ya que aunque no sepamos las razones exactas que llevaron a esa mujer a renunciar a esta maravillosa experiencia, las podemos imaginar recordando y pensando en nuestra propia experiencia con la lactancia.

De una u otra manera, creo que todas hemos vivido presiones de destete o críticas por lactar más de seis meses, comentarios como que “llora porque se queda con hambre”, que si “tu leche ya no alimenta porque se convierte en agua”, que “lo mal acostumbras dándole cada vez que llora”, que “métele fórmula para que te deje descansar por la noche así se queda más lleno”, que “si estás enojada no le des que le hará daño al bebé”, que “si has estado llorando no lo amamantes”, que “le van a salir caries con tanta teta”, que “no se duerma mamando”, que “no puedes tomar medicamentos si lo lactas”, que “si te duelen los pezones te aguantas porque no hay nada que hacer”,  que, que, que … Pues así es fácil desmoralizar y confundir a una madre lactante.

Por otro lado, hay mamás que realmente no han podido dar de lactar a sus hijos porque sufren de hipogalactia, pues no creo que haya mucho más que hacer o que comentar. Tal vez sugerirles, si lo desean aprovechar que tienen pechos para “amAMAntar”  el alma de sus  hijos a través de la lactancia seca ttp://mamasalcien.blogspot.com.es/2014/12/tetitas-amorosas-fomentando-el-apego.html

También he conocido tetitas lecheras entrampadas en sus propias ideas, tratando de dar el pecho a toda costa, pero pensando que ya es momento del destete por a b o c razón personal, pero que siguen dando a disgusto o no totalmente convencidas, porque en sus cabezas está arraigado que es lo que debe ser cueste lo que cueste.

Nutricionalmente sí, es lo mejor para el niñ@, pero emocionalmente deja de ser deseable y beneficioso cuando la madre no está feliz, presenta dudas y contradicciones y no lo disfruta. Dicha infelicidad se trasmite de una u otra manera al niñ@ y, en esos casos, sería recomendable suspender la lactancia poco a poco y de manera respetuosa, para que el cachorro no sufra. Se puede hacer reemplazando tomas por leche (de vaca, de almendras, de soya) otros lácteos que el niño disfrute u otros alimentos de su elección. El cariño se puede entregar de otras maneras, siempre cerquita de mamá.



Pero está claro que para ser una buena madre no es obligatorio el dar pecho. Se puede criar con amor incondicional y respeto a las etapas, necesidades y deseos de nuestros hijos y  alimentarlos con biberón. Se puede dar biberón con amor y fomentar un apego seguro, así como se puede dar el pecho sin ningún sentimiento amoroso.

1 comentario:

  1. Completamente identificada!!!!!... me he repetido mil veces .. soy una buena madre... para convencerme... y quitar ese sentimiento de culpa .. a causa de las presiones..... nadie se molesta en preguntar.. si estas comoda.. si te duele.. si descansas y lo disfrutas..... las criticas son las unicas que se escuchan... de verdas he llorado literalmente al leer y de cierta manera me has consolado sabiendo que hay alguien que comprende mi situacion y que sabe que amo a mis hijos maa que nadie... y que daria lo que fuera por ellos.... y que el amor no se mide por si amamantas o no..... Gracias por esas palabras que me han consolado...

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