lunes, 22 de diciembre de 2014

Tetitas lecheras también en público

 
"Yo tengo la idea de que las recién paridas están como iluminadas por dentro y los niños se duermen horas y horas sobre ellas, oyendo ese arroyo de leche tibia que les va llenando los pechos pare que ellos mamen, para que ellos jueguen hasta que no quieran más, hasta que retiren la cabeza: "otro poquito más, niño..." y se les llene la cara y el pecho de gotas blancas".

Yerma - Federico García Lorca.

 
Parece que no todo el mundo tiene la misma idea que Federico García Lorca, o al menos no si a dar de mamar en público se refiere.
Es sorprendente, absurdo, inadmisible y contraproducente cómo en muchos lugares la lactancia en público está directamente prohibida o “no aconsejada”.

Así muchas madres se han visto en una situación como la de la foto a pesar de estar “iluminadas por dentro” y a que cualquiera estará de acuerdo en que comer en un baño, por muy limpio que esté, es denigrante para el niño y su mamá.

 


Es muy preocupante como existen países y lugares en los que les está prohibido a las madres amamantar a sus hijos en público, en el estado de Texas - EEUU pueden arrestarte por dar de mamar en público!

También estamos restringidos en la Web (donde circula de todo) pero hay sitios, como facebook mismo, hasta hace muy poco,  donde no están permitidas las fotos de niños mamando y donde se han eliminado grupos de madres pro lactancia, como “Mamá por Bulerías”.

Y es muy común encontrar noticia en que aparecen casos de este tipo, por citar algunos pocos actuales:

Obligan a una madre a taparse para amamantar a su bebé en un hotel”
http://www.diariovasco.com/sociedad/201412/04/obligan-madre-taparse-para-20141204112330.html
 
Impiden a madre amamantar a su bebé en un restaurante de EEUU”

 
“Primark expulsa a una madre por amamantar a su hijo”


 “Mujer denuncia que le prohibieron amamantar a su hijo en restaurant”


 “Echan a una mujer de un Mercadona por amamantar a su hija


 y un larguísimo etc…

 
Si todos concibiéramos el cuerpo humano como la maravilla que es,  de la cual no tenemos que avergonzarnos  ni por su estética ni por sus funciones, seguro no escribiríamos esto.

Si todos concibiéramos los pechos como lo que son,  órganos blancos de los que estamos dotadas las mamíferas para alimentar el cuerpo y el alma de nuestros cachorros, pechos que cuelgan, son externos y se ven, no existiría este escrito.

Si todos aceptáramos que la lactancia es un acto natural, normal, primitivo que como todos los  grandes primates lo aprendemos , igual que nuestros ancestros,  de forma vicaria (es decir que se enseña y se aprende también viendo  hacerlo a  otras madres), que así se ha trasmitido y ha permanecido, que así se le pierde el miedo  y se le conceptualiza como algo natural y fácil (que es lo que es) para que cuando nos llegue el momento seamos capaces de dominar la técnica, no sería necesario este post.

Si todos supiéramos que OMS (Organización Mundial de la Salud) y la UNICEF  recomiendan dar de mamar a nuestros hijos como mínimo dos años y con exclusividad los seis primeros meses, y estuviéramos en sintonía con las necesidades biológicas y emocionales de nuestros niños, creo que este post estaría demás.

Si todos entendiéramos, respetáramos y apoyáramos los derechos humanos, los derechos del niño y de la madre, no sería necesario esto.

 Pero como nada de lo anterior es evidente, y algunos siguen pensando que la lactancia es obscena, morbosa o pornográfica, es necesario remover conciencias y exigir que se norme mundialmente, al respecto, para  evitar situaciones en que las madres sean rechazadas y se vean obligadas a amamantar a sus hijos en espacios poco adecuados para ello, como lo es el baño de un restaurante.

 Recordemos que desde la Asociación Española de Pediatría se promueve las siguientes premisas:

“Durante el tiempo de lactancia, la madre puede y debe hacer una vida normal con su bebé, lo que incluye frecuentar lugares públicos: medios de transporte, piscinas, restaurantes, museos, centros comerciales, etc. La lactancia no funciona con horarios preestablecidos, por lo que es habitual que el bebé tenga necesidad de lactar en alguno de esos lugares y es responsabilidad de toda la sociedad permitir que pueda hacerlo con libertad.”

En nuestra cultura el pecho tiene sobre todo una connotación sexual. Pero en la mayoría de las culturas, es considerado en términos de su función primordial: es el órgano de producción de la leche para alimentar a los niños. Lactar en público no debe ser visto como algo obsceno ni sexual, ni algo que deba ser escondido o restringido. Esta actitud representa un obstáculo para continuar con la lactancia y desanima a las futuras madres que pueden ver modificada su decisión de alimentar al pecho a su bebé por las dificultades sociales que esto conlleva”

Todos los niños, con independencia de su edad, tienen derecho a ser amamantados cada vez que lo precisen, y sus madres el derecho de poder hacerlo en cualquier momento y lugar. Hay que lograr un cambio de actitud en la sociedad para que todos seamos capaces de entender que amamantar forma parte de la naturaleza humana, de nuestra cultura; para que la imagen de una madre dando el pecho sea algo tan cotidiano que a nadie escandalice. Sería deseable que al igual que en otros países, se arbitren las medidas necesarias (educativas y legislativas) para que tanto las madres como sus hijos puedan ejercer ese derecho en el modo y lugar que necesiten (4). Con ello, no sólo beneficiaremos a los niños y las madres sino a toda la sociedad”
 
Lo que no entiendo es qué puede pasar por la cabeza de aquellos que hace que el hecho de ver a una mujer amamantando, les moleste. ¿Es puritanismo? ¿Mojigatería? Las madres lactantes no somos obscenas ni pornográficas. La pornografía, obscenidad y malicia sólo está en la cabeza de aquellos a quienes les molesta la lactancia y que la puedan concebir como un acto sexual.

Por otro lado, ¿No hay caso una doble moral, o una moral mal entendida, en nuestra sociedades con respecto al cuerpo femenino?

Por un lado, existe todo un movimiento del culto al cuerpo de la mujer, la publicidades y los estándares femeninos valorados nos muestran frecuentemente mujeres semi desnudas, o desnudas directamente en spots publicitarios sensuales, o altamente sexuales, para promover una serie de productos, y pocos se escandalizan. 

Pero por otro lado, si ven amamantar una mujer a su hijo, a algunos (pocos, quiero creer) les parece poco moral u obsceno. Y en vez de censurar a quien se le pasan dichas ideas obscenas por la cabeza, censuran a los madres y a los niños!



 
Para dar un espacio a las madres lactantes, algunos lugares públicos han optado por crear salas de lactancia. La verdad, creemos que son un parche que no soluciona la realidad en la que vivimos, además de ser un parche de doble filo que puede volverse en contra de la mujer y el niño. Pueden ser una excelente solución para madres que se avergüenzan, o temen ser mal miradas, cuando lactan pero se pueden utilizar como excusa para obligar a las madres que no las deseamos a utilizarlas.

Personalmente, si bien siempre he sacado la teta donde sea necesario, cuando mi hijo era pequeño, prefería las salas de lactancia ya que suelen ser un espacio bastante cómodo, íntimo y tranquilo, ya que mi niño se pasaba mucho rato mamando. Cuando la lactancia dejó de ser exclusiva y empezó a mamar “a saltos” ya no las uso, porque a veces he tardado más en llegar al lugar que lo que hemos estado utilizándolo.

“Las salas de lactancia se pensaron para proporcionar a las madres lactantes la opción de disponer de un espacio apartado, íntimo y cómodo para amamantar a su hijo, pero su uso no se ha de entender como algo obligatorio. El objetivo principal de estas salas no debe ser ocultar a las madres que dan el pecho, sino ayudarlas. Algunas salas de lactancia comparten el mismo espacio con el cambiador de bebés o el cuarto de baño, lo que puede resultar incómodo para las madres y poco saludable para los niños. Por otro lado, muchos locales públicos no disponen de estos espacios, por lo que la madre se puede ver obligada a elegir entre el llanto de su bebé, el conflicto con los responsables del local o renunciar a la vida en público durante el período de lactancia (período que puede durar varios años)”. (Asociación Española de Pediatría)

Insistimos en que hay que tener en cuenta que la lactancia es un acto natural y que, por tanto, no deberíamos escondernos o tener que recorrer todo el centro comercial para encontrar dicho espacio. ¿Acaso nos escondemos para comer un bocadillo, un helado o lo que sea? No! Nos lo vamos comiendo mientras andamos porque nos parece natural. Debería ser así de  natural ver a un niño mamando.

 
Y aquí pasamos a otra incongruencia humana. Algunos horrorizados porque la madre dé de mamar en público o porque el niño “es mayor” para hacerlo, siendo la leche materna su alimento natural, especialmente diseñado para bebés y niños humanos (recordamos que nos lo recomiendan después de los 2 años hasta que madre y niño deseen). Y esa madre debe aguantar miradas, críticas e invitaciones a retirarse.

Sin embargo, pocos hacen o dicen algo si ven a un niño pequeño comiendo dulces, helados, patatas fritas, gaseosas, etc. Etc., indudablemente dañinas para su salud. A esa madre, no se le dice nada. Incluso puede parecer simpático un bebé comiendo chocolate o tomando Coca Cola.
  

De las críticas no nos salvamos ni las madres lactantes comunes ni tampoco las famosas. Bullado ha sido el caso de la actriz Alyssa Milano quien publicó una “brelsfie” (selfie dando de mamar a su bebé Elizabella) en su perfil de una red social, con el comentario Ah, the joy of suckling!” (Ah, la alegría de la succión! ) por lo que fue blanco comentarios mal intencionados y críticas.


Ante ellos ella aludió a la doble moral de la que hablamos, refiriéndose al desnudo integral, que había realizado recientemente, la modelo Kim Kardashian para la revista Paper Magazine.


Creemos que para cambiar esta errada visión, y sus consecuencias, es necesario que nosotras como madres comencemos a exigir que nuestros derechos y los de nuestros lactantes se respeten.

Es nuestro deber de mujeres y madres el actuar en conciencia para normalizar el amamantamiento público, tanto con nuestra actitud en la calle; sin vergüenza ni miedo demos de mamar a nuestros hijos, donde sea!

Plantemos cara a quien nos mire feo o nos diga alguna tontería fuera de lugar, no nos callemos ante este tipo de actos, recordemos que estamos también educando con el ejemplo. No significa ser agresivas, pero sí directas y seguras de lo que defendemos.

Al respecto recuerdo a Lina, una madre de uno de mis grupos de crianza respetuosa, que nos comentaba lo siguiente:
 

“Aunque no lo crean, un día en el patio de comidas de un centro comercial una señora toda pudorosa se me acercó melosa agarró un pañal de tela, que tenía en la mesa, y  tapó mi seno y a mi hijo. Yo ni la conocía, me quede histérica botando chispas. Cuando llegó su comida me levanté y la tapé a ella y le dije “ahora intente comer”, se quería meter debajo de la mesa de la vergüenza”  (http://espanol.babycenter.com/thread/990501/esta-manta-de-lactancia-si-q-me-gusto?startIndex=0#ixzz3Lg2eKeGM)

Podemos también agruparnos y hacer uso de la magia de las redes sociales, lo que ya se ha hecho muchísimas veces con frutos. Facebook cambió su normativa sobre las fotos mamando debido a la presión de los usuarios. También que en más de alguna ocasión una madre desconocida y corriente haya logrado movilizar al resto de mamás internautas.

Por ejemplo, en Agosto de 2013  un solo tuit fue suficiente para Carmen Vega, para que  un enorme grupo de madres se movilizara y protestara con una gran tetada en la entrada del centro comercial que la había mal tratado.

“El otro día me echaron de PRIMARK VALLADOLID por dar el pecho a mi hijo, diciéndome que podía incomodar a otros clientes. Vergonzoso.— Carmen Vega (@KrmenssitaVega)”

También se han creado grupos pro lactancia en las redes sociales que están luchando por normalizarla y vivirla de manera natural. Un ejemplo es el Movimiento Amamanta que presenta su video “No pedimos permiso. Es nuestro derecho” creado por la necesidad de normalizar la lactancia en público vistos los acontecimientos discriminatorios hacia varias madres en pleno siglo XXI…”





En mi caso particular, no he vivido nunca una situación de hostigamiento hacia la lactancia ni invitación a marcharme cuando lacto a mi hijo en lugares públicos (fuera de alguna que otra mirada fea o algún comentario desatinado). Preciso que vivo en España, donde la lactancia materna, según compruebo, está bastante aceptada y normalizada.

Pero cada día hay casos de madres y niños humillados por tomar tetita en público, me da rabia y me da vergüenza con la ignorancia de la gente. Y creo que la única manera de “educarla” , es que nosotras mismas normalicemos el acto de dar de mamar. Para ello, como para todo, es necesario empoderarse, informarse y asegurarse de por qué uno lo hace. Donde sea y cuando sea.

2 comentarios:

  1. Uffff como siempre dejandome boquiabierta cuando leo estos posts. Una vez más gracias por dedicar de su valioso tiempo para tan linda información!!!

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  2. Muchas gracias, Sandra! Felices de que te gusten y ojalá que te sirvan!

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