"Yo tengo la idea de que las recién paridas están
como iluminadas por dentro y los niños se duermen horas y horas sobre ellas,
oyendo ese arroyo de leche tibia que les va llenando los pechos pare que ellos
mamen, para que ellos jueguen hasta que no quieran más, hasta que retiren la
cabeza: "otro poquito más, niño..." y se les llene la cara y el pecho
de gotas blancas".
Yerma - Federico García Lorca.
Parece que no todo el mundo tiene la misma idea que
Federico García Lorca, o al menos no si a dar de mamar en público se refiere.
Es sorprendente, absurdo, inadmisible y
contraproducente cómo en muchos lugares la lactancia en público está
directamente prohibida o “no aconsejada”. Así muchas madres se han visto en una situación como la de la foto a pesar de estar “iluminadas por dentro” y a que cualquiera estará de acuerdo en que comer en un baño, por muy limpio que esté, es denigrante para el niño y su mamá.
También
estamos restringidos en la Web (donde circula de todo) pero hay sitios, como
facebook mismo, hasta hace muy poco, donde
no están permitidas las fotos de niños mamando y donde se han eliminado grupos
de madres pro lactancia, como “Mamá por Bulerías”.
Y es muy común encontrar noticia en que aparecen casos de este tipo, por citar algunos pocos actuales:
“Obligan a una madre a taparse para amamantar a
su bebé en un hotel”
http://www.diariovasco.com/sociedad/201412/04/obligan-madre-taparse-para-20141204112330.html
“Impiden
a madre amamantar a su bebé en un restaurante de EEUU”
“Primark expulsa a una madre por amamantar a
su hijo”
Si todos concibiéramos el cuerpo humano como la maravilla que es, de la cual no tenemos que avergonzarnos ni por su estética ni por sus funciones, seguro no escribiríamos esto.
Si todos concibiéramos los pechos como lo que son, órganos blancos de los que estamos dotadas las mamíferas para alimentar el cuerpo y el alma de nuestros cachorros, pechos que cuelgan, son externos y se ven, no existiría este escrito.
Si todos
aceptáramos que la lactancia es un acto natural, normal, primitivo que como
todos los grandes primates lo aprendemos
, igual que nuestros ancestros, de forma
vicaria (es decir que se enseña y se aprende también viendo
hacerlo a otras madres),
que así se ha trasmitido y ha permanecido, que así se le pierde el miedo y se le conceptualiza como algo natural y
fácil (que es lo que es) para que cuando nos llegue el momento seamos capaces
de dominar la técnica, no sería necesario este post.
Si todos supiéramos que OMS (Organización Mundial de la Salud) y la UNICEF recomiendan dar de mamar a nuestros hijos como mínimo dos años y con exclusividad los seis primeros meses, y estuviéramos en sintonía con las necesidades biológicas y emocionales de nuestros niños, creo que este post estaría demás.
Si todos entendiéramos,
respetáramos y apoyáramos los derechos humanos, los derechos del niño y de la
madre, no sería necesario esto.
“Durante
el tiempo de lactancia, la madre puede y debe hacer una vida normal con su
bebé, lo que incluye frecuentar lugares públicos: medios de transporte,
piscinas, restaurantes, museos, centros comerciales, etc. La lactancia no
funciona con horarios preestablecidos, por lo que es habitual que el bebé tenga
necesidad de lactar en alguno de esos lugares y es responsabilidad de toda la
sociedad permitir que pueda hacerlo con libertad.”
“En nuestra cultura el pecho tiene sobre
todo una connotación sexual. Pero en la mayoría de las culturas, es considerado
en términos de su función primordial: es el órgano de producción de la leche
para alimentar a los niños. Lactar en público no debe ser visto como algo
obsceno ni sexual, ni algo que deba ser escondido o restringido. Esta actitud representa
un obstáculo para continuar con la lactancia y desanima a las futuras madres
que pueden ver modificada su decisión de alimentar al pecho a su bebé por las
dificultades sociales que esto conlleva”
“Todos los niños, con independencia de su
edad, tienen derecho a ser amamantados cada vez que lo precisen, y sus madres
el derecho de poder hacerlo en cualquier momento y lugar. Hay que lograr un
cambio de actitud en la sociedad para que todos seamos capaces de entender que
amamantar forma parte de la naturaleza humana, de nuestra cultura; para que la
imagen de una madre dando el pecho sea algo tan cotidiano que a nadie
escandalice. Sería deseable que al igual que en otros países, se arbitren las
medidas necesarias (educativas y legislativas) para que tanto las madres como
sus hijos puedan ejercer ese derecho en el modo y lugar que necesiten (4). Con
ello, no sólo beneficiaremos a los niños y las madres sino a toda la sociedad”
Lo que no
entiendo es qué puede pasar por la cabeza de aquellos que hace que el hecho de
ver a una mujer amamantando, les moleste. ¿Es puritanismo? ¿Mojigatería? Las
madres lactantes no somos obscenas ni pornográficas. La pornografía, obscenidad
y malicia sólo está en la cabeza de aquellos a quienes les molesta la lactancia
y que la puedan concebir como un acto sexual.
Por otro
lado, ¿No hay caso una doble moral, o una moral mal entendida, en nuestra
sociedades con respecto al cuerpo femenino?
Por un lado,
existe todo un movimiento del culto al cuerpo de la mujer, la publicidades y
los estándares femeninos valorados nos muestran frecuentemente mujeres semi desnudas,
o desnudas directamente en spots publicitarios sensuales, o altamente sexuales,
para promover una serie de productos, y pocos se escandalizan.
Pero por otro lado, si ven amamantar una mujer a su hijo, a algunos (pocos, quiero creer) les parece poco moral u obsceno. Y en vez de censurar a quien se le pasan dichas ideas obscenas por la cabeza, censuran a los madres y a los niños!
Para dar un espacio a las madres lactantes, algunos
lugares públicos han optado por crear salas de lactancia. La verdad, creemos
que son un parche que no soluciona la realidad en la que vivimos, además de ser
un parche de doble filo que puede volverse en contra de la mujer y el niño.
Pueden ser una excelente solución para madres que se avergüenzan, o temen ser
mal miradas, cuando lactan pero se pueden utilizar como excusa para obligar a
las madres que no las deseamos a utilizarlas.
Personalmente, si bien siempre he sacado la teta donde sea necesario, cuando mi hijo era pequeño, prefería las salas de lactancia ya que suelen ser un espacio bastante cómodo, íntimo y tranquilo, ya que mi niño se pasaba mucho rato mamando. Cuando la lactancia dejó de ser exclusiva y empezó a mamar “a saltos” ya no las uso, porque a veces he tardado más en llegar al lugar que lo que hemos estado utilizándolo.
“Las salas de
lactancia se pensaron para proporcionar a las madres lactantes la opción de
disponer de un espacio apartado, íntimo y cómodo para amamantar a su hijo, pero
su uso no se ha de entender como algo obligatorio. El objetivo principal de
estas salas no debe ser ocultar a las madres que dan el pecho, sino ayudarlas.
Algunas salas de lactancia comparten el mismo espacio con el cambiador de bebés
o el cuarto de baño, lo que puede resultar incómodo para las madres y poco
saludable para los niños. Por otro lado, muchos locales públicos no disponen de
estos espacios, por lo que la madre se puede ver obligada a elegir entre el
llanto de su bebé, el conflicto con los responsables del local o renunciar a la
vida en público durante el período de lactancia (período que puede durar varios
años)”. (Asociación Española de Pediatría)
Insistimos en que hay que tener en cuenta que la lactancia es un acto natural y que, por tanto, no deberíamos escondernos o tener que recorrer todo el centro comercial para encontrar dicho espacio. ¿Acaso nos escondemos para comer un bocadillo, un helado o lo que sea? No! Nos lo vamos comiendo mientras andamos porque nos parece natural. Debería ser así de natural ver a un niño mamando.
Sin embargo, pocos hacen o
dicen algo si ven a un niño pequeño comiendo dulces, helados, patatas fritas,
gaseosas, etc. Etc., indudablemente dañinas para su salud. A esa madre, no se
le dice nada. Incluso puede parecer simpático un bebé comiendo chocolate o
tomando Coca Cola.
De las críticas no nos salvamos ni las madres
lactantes comunes ni tampoco las famosas. Bullado ha sido el caso de la actriz
Alyssa Milano quien publicó una “brelsfie” (selfie dando de mamar a su bebé
Elizabella) en su perfil de una red social, con el comentario “Ah, the joy of
suckling!” (Ah, la alegría de la succión! ) por lo que fue blanco comentarios
mal intencionados y críticas.
Ante ellos ella aludió a la doble moral de la
que hablamos, refiriéndose al desnudo integral, que había realizado recientemente, la modelo Kim Kardashian para la revista Paper Magazine.
Creemos que para cambiar esta errada visión, y sus consecuencias, es necesario que nosotras como madres comencemos a exigir que nuestros derechos y los de nuestros lactantes se respeten.
Es nuestro deber de mujeres y
madres el actuar en conciencia para normalizar el amamantamiento público, tanto
con nuestra actitud en la calle; sin vergüenza ni miedo demos de mamar a
nuestros hijos, donde sea!
Plantemos cara a quien nos mire feo
o nos diga alguna tontería fuera de lugar, no nos callemos ante este tipo de
actos, recordemos que estamos también educando con el ejemplo. No significa ser
agresivas, pero sí directas y seguras de lo que defendemos.
Al respecto recuerdo a Lina, una
madre de uno de mis grupos de crianza respetuosa, que nos comentaba lo
siguiente:
“Aunque no lo
crean, un día en el patio de comidas de un centro comercial una señora toda
pudorosa se me acercó melosa agarró un pañal de tela, que tenía en la mesa, y tapó mi seno y a mi hijo. Yo ni la conocía, me
quede histérica botando chispas. Cuando llegó su comida me levanté y la tapé a
ella y le dije “ahora intente comer”, se quería meter debajo de la mesa de la
vergüenza” (http://espanol.babycenter.com/thread/990501/esta-manta-de-lactancia-si-q-me-gusto?startIndex=0#ixzz3Lg2eKeGM)
Podemos también agruparnos y hacer uso de la magia de las redes sociales, lo que ya se ha hecho muchísimas veces con frutos. Facebook cambió su normativa sobre las fotos mamando debido a la presión de los usuarios. También que en más de alguna ocasión una madre desconocida y corriente haya logrado movilizar al resto de mamás internautas.
Por ejemplo, en Agosto de 2013 un solo tuit fue suficiente para Carmen Vega,
para que un enorme grupo de madres se
movilizara y protestara con una gran tetada en la entrada del centro comercial
que la había mal tratado.
“El otro día
me echaron de PRIMARK VALLADOLID por dar el pecho a mi hijo, diciéndome que
podía incomodar a otros clientes. Vergonzoso.— Carmen Vega (@KrmenssitaVega)”
También se
han creado grupos pro lactancia en las redes sociales que están luchando por
normalizarla y vivirla de manera natural. Un ejemplo es el Movimiento Amamanta
que presenta su video “No pedimos permiso. Es nuestro derecho” “creado por la
necesidad de normalizar la lactancia en público vistos los acontecimientos
discriminatorios hacia varias madres en pleno siglo XXI…”
En mi caso particular, no he
vivido nunca una situación de hostigamiento hacia la lactancia ni invitación a
marcharme cuando lacto a mi hijo en lugares públicos (fuera de alguna que otra
mirada fea o algún comentario desatinado). Preciso que vivo en España, donde la
lactancia materna, según compruebo, está bastante aceptada y normalizada.
Pero cada día hay casos de madres
y niños humillados por tomar tetita en público, me da rabia y me da vergüenza
con la ignorancia de la gente. Y creo que la única manera de “educarla” , es
que nosotras mismas normalicemos el acto de dar de mamar. Para ello, como para
todo, es necesario empoderarse, informarse y asegurarse de por qué uno lo hace.
Donde sea y cuando sea.
Uffff como siempre dejandome boquiabierta cuando leo estos posts. Una vez más gracias por dedicar de su valioso tiempo para tan linda información!!!
ResponderEliminarMuchas gracias, Sandra! Felices de que te gusten y ojalá que te sirvan!
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