miércoles, 19 de noviembre de 2014

Dejarlo llorar no es la solución. Estivill estaba equivocado (Parte I)

"Mantener un contacto íntimo y cálido con el cuerpo de otra persona mientras se concilia el sueño es una necesidad primigenia y connatural a todo niño... La necesidad biológica del lactante de la presencia constante del adulto que lo cuida ha sido completamente ignorada en la cultura occidental, donde se expone a los bebés a largas horas de soledad, debido a la idea errónea de que es más saludable que los pequeños duerman ... solos. "
Anna Freud

Ya hemos comentado que nuestros hijos son de “mal dormir”, les cuesta sobre todo mantener el sueño o dormir del tirón.
En nuestro caso, los frecuentes despertares de Damián (entre 18 y 3 por noche, a lo largo de sus 20 meses) son el único “pero” que podría ponerle a la crianza.
El no haber podido descansar bien, desde el día de su nacimiento, ha hecho que yo haya sentido muchísimas veces, que esta misión me queda grande, que me voy a volver loca, que me voy a morir caminando por la calle, y que alguna vez se me haya escapado un grito, un remezón o un tironeo hacia mi hijo. He llorado muchísimas veces, y otras muchas he depositado mi mal carácter sobre mi marido y mi mamá.
Aunque hago esfuerzos para no caer en malos tratos con nadie y mantener siempre mi buen humor, a veces se me hace muy difícil…
Es duro, muy duro, incluso a veces me he preguntado por qué no lo dejé llorar cuando era más pequeño, tal como me recomendó la pediatra cuando tenía un mes. Y me acuerdo por qué no lo hice y por qué cambié de pediatra. Porque leí mucho sobre sobre el tema, conversé (por internet) con muchas madres que pasaron lo mismo que yo y, entre otras cosas, descubrí que él necesita sentirme cerca también por la noche, que conmigo siente seguridad y necesita despertar y cerciorarse que yo estoy ahí.

Más adelante igual lo intenté una vez, Damián lloró tan desesperadamente durante un minuto y yo lloré con él, que fui incapaz de volver a hacerlo y decidí darle lo que necesitaba: Yo, todo el tiempo que lo necesitara hasta que estuviera listo para el cambio, por sí solo.
Los niños que duermen toda la noche existen , pero que no son todos así, porque el llanto duerme a los bebés como mecanismo de defensa ante el horror que les envuelve al sentirse abandonados por la noche, que el sueño no es algo que se aprenda si no un proceso madurativo, porque hay niños que despiertan muchos como el mío, y otros no, porque descubrí la manera de hacerlo más soportable para mí y respetar su necesidad de mamá nocturna.

Dicen que Dios las crea y ellas se juntan. Mientras que Mirra vive en otro continente y yo en su país vivimos historias similares de noches tormentosas privadas de sueño. El dormir es una necesidad fundamental y el dormir BIEN un placer del que no gozo hace mas de 20 meses.

Mi pequeña hija no es muy distinta a Damián. Desde que nació, como he contado antes, las noches eran interminables, habían y hay momentos donde tomaba tetita cada 45 minutos o 1 hora. Por ignorancia, miedo y poca información intenté mantenerla fuera de mi cama en una cuna dentro del cuarto, pero en su cuna para que no se malacostumbrara, decía yo.

Durante muchas noches por 6 meses me vi varias veces llorando con ella pegada en la teta o paseándola con el fular mientras ella tenía los ojos de par en par, en muchas madrugadas confieso que sentí mucha rabia, contra ella, contra el mundo, contra la maternidad, contra las otras madres felices y sonrientes que me contaban que sus hijos las dejaban dormir, contra mi marido que sentía que no me lograba apoyar lo suficiente…y cómo? Por más que él trataba, Camila quería más a su mamá, sólo a su mamá… 
y tuve rabia contra mí, por tener todos estos sentimientos tan oscuros.
Me enteré del Dr. Estivill y el Dr. Ferber con su método conductista y decidí un día dejarla llorar. Terminamos llorando los 3. Fue la sensación más horrible el escuchar los gritos de mi hija y no consolarla. Supe que ese no era el camino para mí. 
Busqué refugio y apoyo en tribus virtuales, ahí llegaron a mí nombres como Rosa Jové, Carlos González, Dr. Sears, Dra. Darcia Narvaez, el blog “Dormir sin llorar”. Leyendo entendí, al menos, entendí porque pasaban esos despertares, que eran normales, -quizá los de mi hija más frecuentes de lo normal- pero que no debía abandonarla. En una reunión de La Leche League la madre de una de las asistentes dijo: “hoy en día las madres solamente quieren ser madres de día, pero se les olvida que la maternidad también es de noche”. Decidí aunque ha sido realmente duro no “entrenarla para dormir” porque mi hija, nuestros hijos y todos los bebés del mundo YA saben dormir, no es algo que se enseña, es algo que lleva tiempo, que madura y que evolucionará hasta llegar a ser igual que el de un adulto. 
Con información comprendí qué hay detrás de esos despertares, cómo funciona el sueño del bebé y que la forma de comportarse de Cami por las noches, era algo que venían haciendo los bebes desde los inicios del mundo. Cuando la tenía encima mío, durmiendo durante las siestas, yo buscaba y leía toda la información posible para seguir entendiendo el sueño del bebé.

Entonces, al saber todo esto durmió mejor? No, aunque me consoló saber que mi bebé es normal…
Logré descansar mejor? Si, porque finalmente la lleve a mi cama, y si bien hay noches donde eso no sirve, y me siento un zombie y tomo café como agua para sobrevivir, el tenerla junto a mí, no levantarme con cada llanto y hacer todo un show para volver acostarla en la cuna para que no se despierte ya no lo hago más. El colecho nos cambió la vida.

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