jueves, 6 de noviembre de 2014

Dulces sueños de leche

Y así, poco a poco te vas quedando dormidita, se te ve tan llena de paz y tan plena… en este instante todo está bien, porque estás en el lugar que por derecho te corresponde, porque no hay otro lugar en el mundo donde estarías mejor.
Estamos tan pero tan cerca que entre tus labios logro ver tu lengüita juguetona, tan sincronizada, tan determinada a extraer hasta la última gota… es que pareciera que te hubiera yo enseñado, mas fue tu otra madre la que te dotó de esa magistral y compleja danza que te permite obtener alimento, nutrirte de mi.

Que poder tan inigualable es poder dar vida, y poder alimentar esa nueva vida!! Me maravillo, me admiro, me lleno y me enorgullece… lo que a otros les parece una locura y una incomodidad, yo lo llamo un milagro.
Duermes… y son estos momentos los que voy atesorando en mi mente… guardándolos pulcramente para cuando crezca y seas tu la que decidas que mi seno dejó de ser tu alimento y tu consuelo… porque es bien sabido, que estos días y estas noches a veces parecen largas, pero en realidad estos años tristemente son tan cortos…

Mas tarde, en alguno de esos despertares,  aunque parezca irracional a mi me llenan de ternura y de gozo… es un ritual sagrado:  Juntas, cuerpo a cuerpo nos damos calor, te acercas buscado la teta adormitada en el silencio de la madrugada, cuando todo alrededor está en el más profundo silencio y en la mas profunda oscuridad. Empiezo a sentir el calor de tu boca aproximándose, a veces tímida como un animalito que toma un poco de agua y a veces con tal voracidad que pareciera que lo que quieres es extraerme el alma. Mi cuerpo sale al llamado y me voy llenando… es un torrente cuesta abajo de leche tibia, dulce, cargada, perfecta, infinita, interminable… Luego, se que tu boca empieza a recibir ese elixir que tanto te gusta, y escucho cada trago, y con cada trago también puedo escuchar mi corazón y tu corazón. Cada trago de almíbar blanco se mezcla con mis latidos… da la impresión que no es solo leche lo que te bebes, sino también latidos… tragos y latidos… que dulce música, y que suave melodía!

 En ese instante me siento absolutamente mamífera, de vuelta a los inicios del mundo, de la historia, donde dar la teta era lo natural, donde nadie lo cuestionaba y donde todas las niñas como tu crecían al ritmo de tragos con latidos, bebiendo no solo leche sino también amor de mamá.

DR

3 comentarios:

  1. Es hermoso como escribes!!!las recontra apoyo en este blog xq me siento super identificada con su gran amor maternal...

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  2. Felicidades por el escrito del corazón, por dar la teta con el corazón, por el abrazo.
    La bendición de ser madres es conocer lo más divino de este mundo.
    Un abrazo

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  3. Pues muchas gracias por su apoyo, es algo que nació de mi corazón pero seguro que nace del corazón de todas las mamás que experimentamos el placer de amamantar.

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