Y así, poco a poco te vas quedando dormidita, se te ve
tan llena de paz y tan plena… en este instante todo está bien, porque estás en
el lugar que por derecho te corresponde, porque no hay otro lugar en el mundo
donde estarías mejor.
Estamos tan pero tan cerca que entre tus labios logro ver
tu lengüita juguetona, tan sincronizada, tan determinada a extraer hasta la
última gota… es que pareciera que te hubiera yo enseñado, mas fue tu otra madre
la que te dotó de esa magistral y compleja danza que te permite obtener
alimento, nutrirte de mi.
Que poder tan inigualable es poder dar vida, y poder
alimentar esa nueva vida!! Me maravillo, me admiro, me lleno y me enorgullece…
lo que a otros les parece una locura y una incomodidad, yo lo llamo un milagro.
Duermes… y son estos momentos los que voy atesorando en
mi mente… guardándolos pulcramente para cuando crezca y seas tu la que decidas
que mi seno dejó de ser tu alimento y tu consuelo… porque es bien sabido, que
estos días y estas noches a veces parecen largas, pero en realidad estos años tristemente
son tan cortos…
Mas tarde, en alguno de esos despertares, aunque parezca irracional a mi me llenan de
ternura y de gozo… es un ritual sagrado: Juntas, cuerpo a cuerpo nos damos calor, te
acercas buscado la teta adormitada en el silencio de la madrugada, cuando todo
alrededor está en el más profundo silencio y en la mas profunda oscuridad.
Empiezo a sentir el calor de tu boca aproximándose, a veces tímida como un
animalito que toma un poco de agua y a veces con tal voracidad que pareciera
que lo que quieres es extraerme el alma. Mi cuerpo sale al llamado y me voy llenando…
es un torrente cuesta abajo de leche tibia, dulce, cargada, perfecta, infinita, interminable…
Luego, se que tu boca empieza a recibir ese elixir que tanto te gusta, y
escucho cada trago, y con cada trago también puedo escuchar mi corazón y tu
corazón. Cada trago de almíbar blanco se mezcla con mis latidos… da la
impresión que no es solo leche lo que te bebes, sino también latidos… tragos y
latidos… que dulce música, y que suave melodía!
En ese instante me
siento absolutamente mamífera, de vuelta a los inicios del mundo, de la
historia, donde dar la teta era lo natural, donde nadie lo cuestionaba y donde todas
las niñas como tu crecían al ritmo de tragos con latidos, bebiendo no solo
leche sino también amor de mamá.
DR
Es hermoso como escribes!!!las recontra apoyo en este blog xq me siento super identificada con su gran amor maternal...
ResponderEliminarFelicidades por el escrito del corazón, por dar la teta con el corazón, por el abrazo.
ResponderEliminarLa bendición de ser madres es conocer lo más divino de este mundo.
Un abrazo
Pues muchas gracias por su apoyo, es algo que nació de mi corazón pero seguro que nace del corazón de todas las mamás que experimentamos el placer de amamantar.
ResponderEliminar